Uno de los problemas principales de España a la hora de enfrentarse a la crisis que ha provocado el coronavirus es el punto de partida desde el que arrancan sus cuentas públicas, con un déficit público del 2,8% del PIB a cierre de 2019 y una deuda pública equivalente al 95,5% del PIB.
A pesar de que se habla mucho del esfuerzo de consolidación fiscal que ha hecho el país durante los años de recuperación económica, lo cierto es que la mejora del déficit se debió únicamente al crecimiento económico y al aumento de la recaudación, ya que el gasto público no ha parado de crecer.
"Durante los años de crecimiento económico, entre 2013 y 2019, el esfuerzo de consolidación fiscal que ha hecho España ha sido reducido en relación a otros países con déficit estructural, como Portugal. Y además lo ha hecho por la vía de la recuperación de ingresos y no de reducción del gasto público", explica Rafael Doménech, responsable de análisis económico del Servicio de Estudios de BBVA.
El incremento del gasto público, justificado inmediatamente después de la crisis económica para impulsar la demanda agregada y la reactivación económica, se ha mantenido constante durante toda la década, incluso cuando España había recuperado la senda del crecimiento y su economía avanzaba más rápido que la media europea.
[singular-iframe src='https://datawrapper.dwcdn.net/tg3rD/1/']
Un 12% más de gasto público per cápita
Este experto explica que en el año 2019, "el gasto público total per cápita en términos reales (restando la inflación) superaba en un 12% el registrado en España en el año 2007, antes de la crisis. En términos de gasto público corriente fue incluso mayor", apunta.
Esto significa que, en promedio, el gasto público ha ido aumentando a un ritmo de casi un punto por año durante una década y, en 2019, el enfriamiento económico y el mayor impulso del gasto provocó el primer aumento del déficit en diez años, cerrando el ejercicio en el 2,8% del PIB.
En 2020, tras el impacto del coronavirus, el déficit público podría dispararse hasta el umbral del 10%-15% del PIB, según las previsiones más y menos optimistas. La deuda podría llegar al 120% del PIB
[singular-iframe src='https://datawrapper.dwcdn.net/LFqtO/3/']
En 2020, tras el impacto del coronavirus, el déficit público podría dispararse hasta el umbral del 10%-15% del PIB, según las previsiones más y menos optimistas, mientras que la deuda podría cerrar el ejercicio en torno al 120% del PIB.
El Gobierno estima en su Programa de Estabilidad que este año el gasto público sobre PIB podría llegar al 51,5% del PIB, aunque la Airef ha precisado que podría ser superior y alcanzar el 53,2%.
Plan de consolidación fiscal desde 2022
"Existen razones de peso para garantizar cuanto antes la sostenibilidad presupuestaria, no este año de crisis ni en 2021, pero sí en 2022 y eso hay que hacerlo ya con un plan de ajuste fiscal ambicioso, creíble, pausado, y con apoyo político y social", señala Doménech.
Se une así a la petición reiterada que han hecho otras instituciones, como el propio Banco de España o la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que le piden al Ejecutivo que elabore un plan a largo plazo que garantice la consolidación fiscal del país a medio plazo.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación