España se sitúa a la cabeza en inflación entre las grandes economías del euro tras alcanzar el 10% en junio. En primer lugar, porque ni Alemania, ni Italia, ni Francia han llegado a tener tasas de doble dígito. Y, en segundo lugar, porque el crecimiento de los precios en estos países en el último mes ha sido más moderado que en España, incluso en el caso de Alemania, con más inflación que España en mayo, se ha reducido.
El Índice Armonizado de Precios de Consumo que publica Eurostat y que permite comparar la inflación entre países sitúa la de España en el 10% en junio, frente al 8,2% de Alemania, el 8,5% de Italia, y el 6,5% de Francia. La variación mensual de los precios también fue más elevada en España: 1,8% frente al 1,2% de Italia, el 0,8% de Francia y el -0,1% de Alemania.
De hecho, este último dato es relevante porque en mayo Alemania era la gran economía del euro con más inflación, al registrar unos precios un 8,7% más elevados que el año anterior. España era la segunda, con un 8,5%. Sin embargo, tras disminuir en el primer país y aumentar con fuerza en el nuestro, España encabeza la lista. En el conjunto de la Eurozona, la inflación se elevó de 8,1% en mayo al 8,6% en junio.
De esta forma, la brecha entre España y estas economías se ensancha, afectando a la competitividad de nuestro país. Mientras en mayo, la diferencia entre la inflación de nuestro país e Italia era de 1,2 puntos, ahora es de 1,5 puntos. Con Alemania ha pasado de -0,2 puntos, es decir, que España estaba por debajo, a estar 1,8 puntos por encima. En el caso de Francia, España ya tiene 3,5 puntos más de inflación, frente a los 2,7 puntos que les distanciaban en mayo.
Aunque los datos son aún avanzados y no se conoce la composición de la subida, el INE ha explicado que la evolución en España se debe, principalmente, a la subida de los precios de los carburantes, mayor este mes que en junio de 2021, y de los alimentos y bebidas no alcohólicas, frente a la estabilidad registrada el año anterior. Estos dos componentes del IPC ya fueron los principales motores de la inflación en mayo. El Instituto Nacional de Estadística ha destacado que "también influye el incremento de los precios de los hoteles, cafés y restaurantes, superior al del pasado año".
Dispara las alertas de los expertos
El Gobierno ha llegado a hablar de una inflación del 15% sin el plan 'anticrisis' aprobado en abril y reforzado el pasado sábado. En general, prorrogó las medidas energéticas que ya estaban vigentes y finalizaban en junio (rebajas fiscales en la factura de la luz, subvención a los carburantes y tope al precio del gas), y sumó algunas otras focalizadas en colectivos más vulnerables, como el cheque de 200 euros para rentas bajas, un aumento del 15% de las pensiones de jubilación y viudedad no contributivas, o rebajas de hasta el 50% en el transporte público.
"Nuestra previsión y la información que tenemos nos hace pensar que ya hemos alcanzado el pico de inflación el mes pasado y la previsión es que se vaya desacelerando ya y no preveo que lleguemos al 10%", aseguraba la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, el 26 de abril, varias semanas después de adoptar el primer paquete de medidas energéticas para hacer frente a los efectos de la guerra en Ucrania. Un pronóstico ya claramente incumplido.
En cualquier caso, ni el Gobierno, ni los servicios de estudios, ni los organismos económicos esperaban que IPC llegara tan lejos, confiando en que el gran 'pico' quedó atrás, en el 9,8% de marzo, y en estos meses se iniciara la tendencia a la baja. Sin embargo, tras repuntar un 10%, los expertos vuelven a revisar sus proyecciones y contemplan una tasa media en 2022 más próxima al 9% que al 7% previsto hasta ahora. De hecho, advierten de que el otoño será "muy oscuro" y el riesgo de entrar en una "espiral peligrosa" sólo se evitará con un pacto de rentas que contenga los salarios.
De momento, el Gobierno pretende elevar las pensiones con la inflación media del año anterior (de diciembre de 2021 a noviembre de 2022), lo que elevará notablemente el poder adquisitivo de los pensionistas pero también la factura 'extra' de las pensiones en 2023, hasta los 16.000 millones de euros. Esto ha despertado las críticas de la mayor parte de los organismos económicos.
El Banco de España (BdE), por ejemplo, considera que los pensionistas deberían participar en el pacto de rentas que el Gobierno pide a trabajadores y empresarios para evitar una espiral inflacionista. En concreto, el supervisor pone el acento en las pensiones altas y excluye de esta aportación a las bajas. Sin embargo, ésta es una línea roja que el Ejecutivo no quiere cruzar
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