Economía

España, Chile y Colombia, los únicos países de la OCDE que crean un impuesto a los ricos

La OCDE advierte de que un mal diseño de los impuestos a banca y energéticas puede afectar negativamente a la inversión y la seguridad jurídica

España, Chile y Colombia son los únicos países de la OCDE que han creado un impuesto a los ricos en la OCDE. Así lo muestra el informe Tax Policy Reforms 2023 que ha publicado la Organización de países desarrollados este miércoles, que recoge las reformas fiscales y medidas tributarias que se han adoptado en 2022 y las que se prevé realizar en 2023.

España es el séptimo país de la OCDE donde más se ha incrementado la presión fiscal, sólo por detrás de Noruega, Chile, Israel, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Ucrania, y el primero entre las grandes economías de la UE.

La presión fiscal sigue creciendo tras la covid por las medidas puestas en marcha para paliar los efectos de la crisis, con un alza de 0,6 puntos de media, que es España es de 1,6 puntos, en el caso español por el aumento de recaudación en el IVA y en el Impuesto sobre Sociedades.

El informe recorre numerosas medidas destinadas a aligerar el impacto de la inflación y a gravar a sectores con beneficios extraordinarios, tendencias que España comparte con otros países. A este respecto, la OCDE advierte de que un mal diseño de los impuestos a banca y energéticas puede afectar negativamente a la inversión y a la seguridad jurídica.

Sin embargo, la creación de un impuesto a los ricos y las medidas en el ámbito patrimonial no relacionadas directamente con la propiedad son excepcionales. Cabe recordar que España es el único país europeo con un Impuesto sobre el Patrimonio, al que se ha sumado desde 2022 el impuesto a grandes fortunas.

Para aumentar los ingresos tributarios Colombia y Chile (permanentes), y España (temporales), introdujeron impuestos sobre la riqueza neta, mientras que Noruega elevó su tipo máximo sobre la riqueza neta y amplió su base impositiva sobre el patrimonio, recoge el informe.

Colombia reintroducirá un impuesto a la riqueza neta en 2023 de forma permanente con tasas marginales del 0,5% y 1%, aplicable al patrimonio neto superior a aproximadamente 642.000 dólares (597.982 euros), habiendo tenido un impuesto temporal a la riqueza neta en lugar durante 2020 y 2021. El valor de la residencia principal (con un tope aproximado de 107.000 dólares, 99.663 euros) se deduce en el cálculo de la base imponible del impuesto al patrimonio neto.

La reforma tiene como objetivo aumentar la progresividad de el sistema tributario, en particular imponiendo una mayor carga fiscal sobre los rendimientos del capital de grandes patrimonios.

Chile introdujo un impuesto anual al patrimonio neto del 2% de forma permanente a partir de 2022 sobre ciertos bienes de lujo, como yates, automóviles y helicópteros ubicados en territorio nacional, destinado a elevar los ingresos tributarios y la progresividad.

Noruega siguió aumentando la progresividad de su sistema de gravamen a la riqueza en 2023 elevando su tasa más alta para la riqueza neta entre 1,7 millones de coronas (148.045 euros) y 20 millones de coronas (1,7 millones de euros) del 0,95% al 1% (0,85% en 2021). Noruega también amplió la base impositiva sobre el patrimonio neto, disminuyó el factor de descuento en acciones y propiedades comerciales, residencias principales de alto valor y residencias secundarias, al tiempo que hizo lo propio la valoración de los activos operativos.

Los motivos del impuesto español

Los informes de la OCDE se realizan de forma independiente pero se basan en un intercambio con los países miembros. En el caso del impuesto a grandes fortunas, se recoge que se ha creado para "financiar medidas de apoyo por la crisis energética y la inflación persistentemente alta". Sin embargo, se obvia que este objetivo no queda claro en el diseño y previsiones del impuesto, como también ocurrió con los que gravan a banca y energéticas, y que en el caso de grandes fortunas además el propio Ejecutivo ha admitido que se creó contra la Comunidad de Madrid y Andalucía por bonificar al 100% el Impuesto sobre el Patrimonio.

La OCDE recuerda que se trata de un impuesto de solidaridad temporal para personas de alto patrimonio neto para los años fiscales 2022 y 2023, siguiendo un sistema de tres bandas con un régimen impositivo progresivo con tipos entre el 1,7% y el 3,5% aplicables al patrimonio neto superior a 3 millones de euros. Y que se ha ha intentado diseñar el impuesto de solidaridad temporal de modo que complemente el Impuesto sobre el Patrimonio regional, con lo que los contribuyentes pueden recibir un crédito de lo pagado en el ámbito autonómico de cara a la obligación del impuesto nacional de solidaridad.

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