Argelia y Marruecos mantienen una crisis diplomática desde 2021. Un hecho que afecta directamente a España, principalmente, a sus necesidades de gas natural. Hasta entonces, el Gobierno argelino enviaba este hidrocarburo al mercado español por dos gasoductos. Argelia decidió cerrar el tubo que atravesaba Marruecos para 'secar' a su rival, mientras se mantenía como el principal proveedor de España con la otra infraestructura. Y Marruecos recurrió a España para evitar una crisis energética.
Los envíos de gas natural a territorio marroquí suponían un 0,1% de todos los envíos de gas que realizaba España en junio de 2022. Un año después, esta cifra suponía un 7,7% y, en junio de 2024, las exportaciones de gas natural a Marruecos ya representan el 18,5%. En términos de potencia, en los últimos doce meses, estos envíos alcanzan los 9.338 gigavatios hora (GWh), que es 155 veces más que en junio de 2022.
Todo ese gas se envía a través del gasoducto Magreb-Europa. Una tubería que, hasta octubre de 2021, bombeaba gas desde el yacimiento Hassi R'Mel, el más grande de Argelia, hasta entrar Tarifa, en Cádiz, regando de este hidrocarburo a Marruecos.
El rescate del Gobierno de Pedro Sánchez al reino de Mohamed VI es a través de las infraestructuras. Como explican a Vozpópuli desde el sector, España pone al servicio de Marruecos, al igual que otros socios como Italia, su red de regasificación para los metaneros que compra para su suministro y el tramo de su gasoducto para que los barcos descarguen GNL en plantas como Huelva o Cartagena para que el gas natural se pueda enviar a través del Magreb. Una infraestructura que se está utilizando a un 90% de su capacidad máxima de exportación del gasoducto desde Tarifa.
Una actividad que Argelia revisa con lupa. Desde que el Gobierno de Sánchez anunciase en 2022 su intención de regasificar los metaneros contratados por Marruecos y enviarlo de vuelta al país vecino. Argelia amenazó entonces a España con cortar el contrato de suministro de gas natural si una molécula del gas que enviaba a España terminaba en Marruecos, país con el que rompió relaciones en agosto. Moncloa aseguró entonces a Argel que Marruecos sólo recibirá el GNL que regasifique en España, en ningún caso gas de procedencia argelina.
Por ello, el Gobierno niega una y otra vez que el gas argelino, que sigue representando un 29,6% de su suministro, pueda ser redireccionado a Marruecos y ha activado un plan especial para evitar tal posibilidad. Un riesgo en el suministro que, no obstante, sigue siendo menor que ese 19% que, según el último dato de Cores, sigue llegando a las regasificadoras españolas con origen ruso.
Menos gas para Italia
Mientras sube sus envíos a Marruecos, España ha cortado el grifo a ‘vecinos’ como Italia. En 2023, los envíos a través del "gasoducto virtual" entre Barcelona y Livorno, en el que metaneros más pequeños llevan hasta el puerto italiano gas natural licuado, provocó que el 18,4% del gas que saliera de España tuviera como destino los puertos transalpinos. Ahora, este dato se reduce, según las cifras de junio de 2024 de Cores, al 4,4%
El Gobierno de Meloni cuenta con un nivel de almacenamiento por encima del 90%, como el resto de Europa, tras ser uno de los países más afectados por el corte del suministro ruso. Sus nuevos acuerdos con Argelia, en el que la propia Meloni se ha implicado, ha posibilitado que sus vecinos europeos dejen de ayudarle. Aunque, como se especula en el sector energético, la colaboración entre España e Italia es reducida porque no existen las mejores relaciones entre Madrid y Roma.
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