Si a un grupo de analistas se le preguntara sobre cuál es el principal problema de la economía española en estos momentos, la mayor parte se decantaría por el volumen de la deuda. Según los últimos datos publicados por el Banco de España, la deuda del conjunto de las administraciones públicas (Estado, comunidades autónomas, corporaciones locales, Seguridad Social...) ascendía en el mes de mayo a 1,542 billones de euros, un 5,8% más que en el mismo mes del año anterior.
El problema no se circunscribe exclusivamente al montante total, que supone alrededor del 113% del Producto Interior Bruto a precios de mercado, sino al ritmo de crecimiento que ha llevado en los últimos años, especialmente desde la irrupción de la pandemia. A cierre de 2019, antes de que el coronavirus provocara la mayor crisis sanitaria mundial de las últimas décadas, la deuda era de 1.223.355 millones de euros. En apenas tres años y medio, se ha incrementado en 318.645 millones de euros, un 26%. Y tiene pocos visos de que se vaya a contener en los próximos ejercicios, toda vez que cada año se emiten entre 70.000 y 75.000 millones de euros de deuda neta.
El pago de los intereses de la deuda se ha convertido en la segunda partida en importancia de los Presupuestos Generales del Estado para este año, por detrás del pago de las pensiones y por delante de las prestaciones por desempleo. De acuerdo con los datos que obran en los PGE para el presente ejercicio, España destinará 31.330 millones de euros a gastos financieros, un 3,7% más que en el año anterior. De esta cifra, el 97,3% está destinado exclusivamente al pago de los intereses de la deuda: 30.484 millones de euros. Son 1.041 millones más que los exigidos en 2022 por nuestros acreedores.
El servicio de la deuda (el coste de los intereses) es más caro que el pago de las prestaciones por desempleo. Para este menester, el Ejecutivo destinará en 2023 un total de 20.991 millones de euros. La marcha del mercado laboral ha permitido incrementar el número de trabajadores ocupados y, como contrapartida, reducir el número de desempleados en relación con el año pasado.
A lo largo de los últimos años, el pago de los intereses de la deuda y el de las prestaciones por desempleo han intercambiado sus posiciones entre las partidas más onerosas a las que hay que hacer frente cada año. El pago de las pensiones sigue manteniéndose indiscutiblemente a la cabeza, con un presupuesto de 190.687 millones de euros (contributivas, no contributivas y complemento a mínimos), un 11,4% más que en 2022. Suponen el 39,2% del total del gasto del presupuesto consolidado.
Evolución del pago de intereses
Según los últimos datos publicados de la ejecución presupuestaria, en los cinco primeros meses del año, España ha pagado 8.082 millones de euros en intereses de la deuda, apenas la cuarta parte del total presupuestado para todo el año, por lo que tiene todavía que afrontar en la segunda mitad del año el desembolso de más de 20.000 millones de euros, adelantando que en el mes de junio habrá pagado otros 2.000 millones.
El Gobierno asegura en los PGE 2023, que el incremento de 1.041 millones en el servicio de la deuda para este ejercicio se debe a que “un pequeño porcentaje de la deuda debe refinanciarse cada año y se ve expuesta a los mayores tipos de interés por una subida generalizada de las rentabilidades en los mercados de deuda, derivada de la mayor inflación y el endurecimiento de la política monetaria”. En el año 2022, el servicio de la deuda costó a las arcas públicas un total de 29.406 millones de euros, una cifra inferior a la pagada en 2021: 31.675 millones.
El endurecimiento de la política monetaria llevada a cabo por los bancos centrales de las principales economías del mundo se ha dejado sentir en el coste medio de la deuda en circulación, a pesar de que, en el caso de España, la vida media de la deuda está en 7,86 años.
De acuerdo con los últimos datos publicados por la Dirección General del Tesoro, el coste medio de la deuda en circulación emitida por España ha pasado del 1,590% en el mes de junio del pasado año, al 1,948% de junio del presente ejercicio. La diferencia es un 0,358%, pero cuando se refiere a cantidades de 1,371 millones de euros (la deuda solo del Estado, sin contar autonomías, ayuntamientos, Seguridad Social...) la variación se traduce en miles de millones de euros.
Entre ambas fechas, el Banco Central Europeo ha llevado a cabo ocho subidas del precio oficial del dinero, que ha pasado del 0% que regía desde marzo de 2016 hasta el 4% que ha regido desde el 21 de junio pasado. El tipo medio de la deuda en circulación ha pasado del 1,729% de diciembre del pasado año al 1,948% actual. Parece bastante probable que a final de año el coste medio haya sobrepasado el 2%, aunque el BCE haya dado entonces por finalizado el periodo de subida de tipos que inició en julio de 2022.
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