España es uno de los países de la Unión Europea que más expuesto está a un petróleo más caro, ya que un 74% del total de energía que consume tiene que importarla del extranjero y, de ella, un 97,9% es petróleo, según muestran las estadísticas de dependencia energética de Eurostat.
Esto quiere decir que tres cuartos de la energía que consume el país procede del exterior. En concreto, importamos 5.134.000 de toneladas de 28 tipos de crudo al mes (dato a cierre de julio), procedente de un total de 15 países. Libia fue en julio el primer suministrador, ya que nos vendió 861.000 toneladas, seguido de México (831.000) y Arabia Saudí (643.000). En lo que va de 2019, los primeros vendedores de petróleo a España han sido Nigeria, Libia y México.
Esta condición de importador neto de petróleo así como la elevada dependencia, dejan a España en una situación más vulnerable ante el incremento de más del 13% que se ha producido en el precio del petróleo, después de que diez drones hayan atacado este sábado dos refinerías de la petrolera Aramco y la compañía se haya visto obligada a anunciar un recorte del 50% en su producción (equivalente a 5,7 millones de barriles menos al día).
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A pesar de que la importación de petróleo ha caído paulatinamente desde el año 2005 en España y en el resto de la UE, ésta sigue siendo superior en nuestro país, tal y como reconoce el Banco de España en un análisis sobre el impacto del encarecimiento del 'oro negro' en nuestra economía.
"Destaca, por su magnitud comparativamente mayor, el impacto sobre la economía española, que se explica por su elevada intensidad importadora de productos energéticos y, en particular, de petróleo. En particular, el saldo por cuenta corriente de España experimenta un empeoramiento de aproximadamente 0,3 puntos porcentuales de PIB" si el precio del barril de petróleo se sitúa en los 75 dólares, explica el supervisor.
Efectos colaterales
La caída de las importaciones de petróleo en España se debe a la mejora de la eficiencia energética -impulsada por los cambios tecnológicos-, la mejora del parque de fuentes primarias renovables y los cambios en la estructura de la economía -en particular, la terciarización, señala la institución que dirige Pablo Hernández de Cos.
Aunque sigue constituyendo la principal fuente de energía primaria importada, el petróleo ha ido perdiendo peso en el total"
Javier Sánchez Verdasco, doctor en Finanzas de Empresas y profesor afiliado de la escuela de negocios ESCP Europe, explica a Vozpópuli que España siempre se ha visto más afectada que el resto de países por la subida de precio del crudo.
"España depende mucho más de la factura energética que el resto de países de la UE. Nos hemos visto históricamente más afectados: en cuanto el precio del petróleo sube, nuestro diferencial de inflación con la UE (la diferencia entre la media de inflación de la UE y la de España) aumenta, y cuando baja se reduce", señala.
El encarecimiento del petróleo provoca un aumento de precio de "casi todo lo que consumimos, porque en todo hay transporte" lo que se conoce como "inflación de oferta". También hay inflación de demanda, que se produce cuando debido a la reactivación económica aumenta el consumo y suben los precios. "Esta última es la inflación buena, la que el Banco Central Europeo (BCE) quiere que se sitúe en torno al 2%".
Impacto en PIB, deuda y déficit
Sánchez explica que la subida de precios del petróleo repercute en nuestra balanza comercial (nos salen más caras las importaciones). Si tenemos en cuenta que el PIB es la suma de la inversión, el gasto público y el saldo de restar exportaciones menos importaciones, un deterioro de la balanza comercial provoca una caída del PIB, lo que a su vez redunda en un empeoramiento de rátios como el de deuda sobre PIB o déficit sobre PIB.
Sin embargo, a pesar del impacto especialmente negativo que podría tener en la economía española, el experto invita a ser cautos y prevé que el precio vuelva a bajar. "No creo que llegue más allá, incluso diría que a largo plazo veremos que la tendencia del precio del petróleo es a la baja a medida que avanza su sustitución por energías alternativas", pronostica.
Por su parte, Alicia Coronil, directora de Economía del Círculo de Empresarios, comenta a este medio que igual que un petróleo más barato contribuyó a que España creciera por encima de sus competidores durante la recuperación, ahora podría provocar que "el crecimiento se modere de forma más acelerada". "La bajada del PIB de una o dos décimas que podría provocar no sería deseable porque ya vivimos una desaceleración", advierte.
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