Este jueves España conocerá el que, con toda probabilidad, será el peor dato de paro de su historia desde que hay registros. A cierre de febrero el país contaba con 3.246.047 parados registrados en el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), pero mañana el Ministerio de Trabajo comunicará la cifra oficial de desempleados a cierre de marzo, después de que el coronavirus haya arrasado la economía del país y generado millones de despidos.
Según cálculos de los sindicatos, en sólo un mes ha habido 1,5 millones de personas afectadas por Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTEs), que aunque dejan de trabajar sólo temporalmente y siguen cotizando a la Seguridad Social sí engordan la lista de desempleados, mientras que un millón de personas se han ido a la calle por despidos individuales a raíz del parón de actividad. En total, alrededor de 2,5 millones de personas que podrían sumarse al colectivo de parados en sólo un mes.
Si se tiene en cuenta que el mayor incremento mensual del número de parados se produjo en enero de 2009 y fue de 198.838 nuevos desempleados, el dato que se divulgará este jueves será con toda probabilidad el más dramático del registro.
También podría haber sorpresas en el volumen total de parados en el país. El máximo histórico de paro se alcanzó en febrero de 2013 cuando el total de personas en situación de desempleo llegó en España a los 5.040.222.
Si a los 3,24 millones que están en paro a cierre de febrero se suma la cifra vaticinada de 2,5 millones, es posible que el paro total bata también ese récord. Fuentes sindicales advierten, aún así, de que la cifra total podría ser inferior si no todos los ERTEs están ya en vigor y podría transferirse su contabilización al próximo mes en caso de que todavía no se hayan reincorporado a su trabajo a cierre de abril.
Los años de recuperación, perdidos en un mes
En cualquier caso, volver al nivel de los 5 millones de parados supondría haber perdido en un sólo mes todo el empleo recuperado desde que se inició la recuperación en 2013.
Los datos de la parte de afiliación a la Seguridad Social no serán previsiblemente tan catastróficos dado que todos los afectados por ERTEs seguirán cotizando -aunque sus cotizaciones las asuma el Estado y no las empresas- y por tanto seguirán siendo considerados afiliados.
Freno a los despidos
Ante el volumen de despidos registrados en las últimas semanas, el Gobierno ha intentado disuadir a las empresas de destruir puestos de trabajo encareciendo el despido.
El pasado sábado, el Ejecutivo publicó en el Boletín Oficial del Estado un real decreto-ley en el que se prohíbe el despido objetivo por causas económicas, con lo que se considerará que el parón económico que ha provocado el coronavirus no es una razón justificada para hacer un despido, así que todos los despidos que se produzcan por esa causa deberán ser considerados improcedentes.
Al pasar de ser procedentes a improcedentes, la empresa estará obligada a asumir el pago de una indemnización equivalente a 33 días por año trabajado, frente a los 20 días de indemnización del despido objetivo.