España estuvo cerca de fortalecer sus relaciones bilaterales con Qatar justo antes de que estallara la crisis entre el pequeño emirato y algunos de los países de su entorno, encabezados por Arabia Saudí, cuyas líneas diplomáticas se han roto por las acusaciones de dar apoyo a grupos terroristas. Los planes del acercamiento entre España y Qatar tenían marcados tintes comerciales y económicos, hasta el punto de que incluían la posibilidad de poner en marcha un fondo conjunto de hasta 1.000 millones para promover inversiones en el exterior.
La línea de ruta del ambicioso plan tenía un punto fundamental en la visita oficial que una delegación del Ejecutivo español haría a Qatar en la primera mitad del presente año. Buena parte de las conversaciones previas se habían desarrollado en la etapa de Gobierno en funciones (entre finales de diciembre de 2015 y octubre de 2016), lo que había hecho imposible que las negociaciones pudieran rubricarse en acuerdos concretos.
La visita prevista también tenía un marcado carácter económico, con la más que posible participación de una delegación empresarial con intereses en el país de Oriente Medio. Uno de los asuntos estrella del encuentro sería la creación del citado fondo de inversión conjunto, que afianzaría las relaciones, especialmente las comerciales, entre ambos países.
De hecho, el embajador de España en Qatar, Ignacio Escobar, aseguró al periódico local de habla inglesa Gulf Times que el país asiático había mostrado su interés en llevar a cabo inversiones especialmente en Latinoamérica, un objetivo para el que consideraba a España un aliado de excepción por sus notables vínculos históricos, culturales y comerciales con la región.
Una visita con tinte comercial
Una de las metas que se perseguiría también es que ambos países incrementaran sus transacciones comerciales. Actualmente, España es el séptimo exportador europeo a Qatar, una posición que no le corresponde por el potencial de su economía en el ámbito del Viejo Continente.
En aquella entrevista, Escobar aludió a la futura visita de una delegación española a Qatar y aseguró que esperaba que tuviera lugar en la primera mitad de este año, una vez que se asentara el nuevo Gobierno que, por entonces, a finales de 2016, estaba recién constituido tras diez meses de periodo en funciones y unas nuevas elecciones de por medio.
"No hay ninguna razón por la que no debamos de hacerlo", añadió Escobar en la entrevista. Obviamente, por entonces no había estallado la crisis diplomática entre el emirato y un grupo de países liderado por Arabia Saudí, al que acompañan Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto. Una escalada tensión comenzó con la ruptura de relaciones y ha continuado en ascenso hasta la amenaza de bloqueo económico.
El hecho de que el clima siga calentándose ha encendido las alarmas. El embajador de Qatar en España, Mohammed bin Jaham al-Kuwari, aseguró la pasada semana que la crisis podría llevar a una mayor militarización de la región. Durante una conferencia en el Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, el diplomático hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que tome cartas en el asunto y acabe con la situación actual.
Incertiudmbre
Como informó Vozpópuli, grandes grupos empresariales presentes en Qatar estudian abandonar el país como consecuencia de esta situación. La mayoría de ellos trabajan en contratos relacionados con la transformación del emirato con motivo de la celebración de la Copa del Mundo de fútbol en 2022.
No obstante, Qatar también presenta grandes oportunidades en sectores diferentes de los de construcción e infraestructuras. Uno de ellos es el de la energía, en especial en lo que se refiere al ámbito de las renovables.
Obviamente, por el momento los planes para fortalecer las relaciones entre España y Qatar han quedado en suspenso a la espera del desenlace del episodio de tensión diplomática.