España ha experimentado en el último año el mayor crecimiento de la población de los últimos 14 años, con cerca de 600.000 habitantes más a cierre de este primer trimestre que en el mismo momento de 2022. Como resultado, arrancó el año ya con 48 millones de habitantes, una cifra récord que crece cada mes y ronda ya los 48,2 millones. Sin embargo, los responsables de ese incremento no son los españoles, sino los extranjeros.
Tras el varapalo de la covid-19, que hizo descender en cerca de 100.000 personas el número de habitantes con nacionalidad española, esta parte de la población no ha experimentado apenas cambios y se mantiene en los 41,9 millones. Antes de la pandemia, esta cifra también llevaba años 'estancada', con los mismos residentes españoles en 2019 que en 2016.
Por el contrario, el número de extranjeros que viven en nuestro país no deja de crecer. Por primera vez en la serie histórica la población residente en España con nacionalidad extranjera superó los 6 millones de personas a inicios de año y la cifra ya está en 6,3 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Sólo en el último año, entre abril del año pasado y este, la población con nacionalidad extranjera ha crecido en 604.000 personas, mientras que hay 13.000 habitantes menos de nacionalidad española. De la diferencia entre ambas variaciones resulta un saldo positivo de 590.000 habitantes en España.
Aquí hay que tener en cuenta también que hay otros dos millones de residentes que nacieron en el extranjero pero tienen la nacionalidad española. Por esa razón la cifra de residentes nacidos en el extranjero es de 8,3 millones, dos millones superior a la de residentes con nacionalidad extranjera.
Este colectivo ha experimentado un crecimiento de 691.000 personas en el último año, frente al descenso de la población nacida en España (-101.000). Es decir, que si se descuentan los aumentos de los residentes con nacionalidad extranjera y de los de nacionalidad española pero nacidos en el extranjero, la evolución de la población española resultaría negativa, con 101.000 habitantes menos en un año.
La esperanza de vida y la natalidad
Al incremento de la inmigración se suma el aumento de la esperanza de vida. El hecho de que la población más longeva viva más años también contribuye a tener un país cada vez más poblado. Sin embargo, la natalidad no acompaña: los nacimientos han caído un 8% en España en sólo tres años, entre 2019 y 2022, según las estimaciones del INE.
Uno de cada cuatro habitantes tendrá más de 65 años en 2037
De hecho, las proyecciones del INE a futuro apuntan a que la población de 65 y más años supondrá el 26% del total dentro de 14 años, en 2037. Actualmente se sitúa en el 20% del total (es decir, que pasarían de representar a uno de cada cinco habitantes a suponer uno de cada cuatro) y alcanzaría un máximo del 30% en torno a 2050.
La población centenaria (los que tienen 100 años o más) pasaría de las 14.287 personas en la actualidad a 226.932 al final del periodo proyectado (2072), según el Instituto Nacional de Estadística.
De esta forma, de mantenerse la tendencia, la tasa de dependencia (cociente, en tanto por ciento, entre la población menor de 16 años o mayor de 64 y la población de 16 a 64 años) también alcanzaría un máximo en torno a 2050 (del 77%), para ir bajando paulatinamente a partir de entonces, hasta el 72% en 2072.
Bajo estas proyecciones, el reto demográfico pasa a ser también económico, lo que obliga al país a buscar fórmulas que garanticen la sostenibilidad del sistema público de pensiones en las próximas décadas, con la jubilación masiva de los babyboomers (nacidos entre 1957 y 1977).
En abril, el último mes en el que la Seguridad Social abonó las pensiones contributivas, la factura ascendió a los 11.963 millones. Como ya publicó este periódico, son 3.000 millones más que en el mismo mes de 2018 (8.965 millones). La mayor parte del gasto se lo llevan las pensiones de jubilación, el 73% del total (8.711 millones).
La jubilación de esta generación amenaza con posicionar a España como el tercer país de la Unión Europea con mayor gasto en pensiones en 2050, tal y como reflejó el Banco de España en un informe. Sólo quedaría por debajo de Grecia e Italia, frente al séptimo puesto que ocupaba en 2019, cuando el gasto en pensiones de España se situaba en el 12,7% del PIB, ya por encima de la media de la Unión Europea (10,4%).
En este sentido, tal y como han apuntado en varias ocasiones desde la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y el Gobierno asume en el plan 'España 2050', uno de los factores demográficos que podría ayudar a la sostenibilidad del sistema de pensiones sería un incremento en la inmigración que sume cotizantes.
Los últimos datos publicados por el INE apuntan a que si bien los residentes de nacionalidad extranjera han crecido en el último año en todos los grupos de edad, destaca la subida entre los más jóvenes (del 16% en aquellos que tienen entre 15 y 19 años). Además, la gran mayoría de los residentes extranjeros (78%) están en edad de trabajar (tienen entre 16 y 64 años), frente al 65% de los residentes con nacionalidad española.
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