Las denominadas ‘tierras raras’ o materiales críticos son claves para la senda verde en la que está inmersa tanto España como el resto de Europa. Unos elementos estratégicos para los aerogeneradores, las placas fotovoltaicas o las baterías de los coches eléctricos que están en el subsuelo español. Pero, como sucedió con el petróleo o el gas, no se quieren explorar.
El sector insiste en que los principales factores para no avanzar en este terreno son la resistencia ecológica y el bloqueo administrativo. “Desde 2007, España ha experimentado un gran aumento en el número de licencias de prospección y en la concesión de nuevos proyectos mineros. Solo en 2018, se presentaron más de 2.000 solicitudes de actividad minera. Esto supone un riesgo tanto para la economía como para el medioambiente”, destaca Ecologistas en Acción, confederación que agrupa a 300 grupos ecologistas, en su informe ‘Minería especulativa en España’.
Estas tierras críticas o materias primas críticas se considera indispensables para el presente y el futuro de la economía europea. “La estrategia de la Unión Europea para garantizar la cadena de suministro estimulando la minería en toda Europa es en muchos aspectos contraproducente, ya que promueve prácticas mineras altamente especulativas, no sostenibles y poco responsables”, añade el informe de las asociación ecologista.
Una declaración de intenciones que provoca que cada paso que se da a nivel local o regional para el avance de estas minas asuste a las administraciones. A diferencia de lo que sucede en las explotaciones de China, África o Latinoamérica, Europa tiene una legislación medioambiental que cualquier borrón en el proyecto puede acabar con el alcalde, el representante autonómico o el responsable de la empresa con un delito penal.
Nadie quiere ‘comerse ese marrón’ y prefiere pasar página. Pero la Comisión Europea ha tomado ‘cartas en el asunto’. Como informó Vozpópuli, Bruselas obliga a España y el resto de países miembros a trasladar de inmediato su plan de reservas de las denominadas 'tierras raras' en su territorio y planes de exploración, según explicaban fuentes oficiales de la Unión Europea a este medio. El objetivo, como anunciaron en diciembre en su presentación del Critical Raw Materials Act (Ley de Materias Primas Críticas), es poder entrar de inmediato en la batalla de materiales críticos con China, apoyándose en la fuerza del mercado único.
Una nueva Ley de Minas
El Gobierno español anunció en 2022, tras conocer esa hoja de ruta europea, una nueva Ley de Minas para adaptarse a esta necesidad. Un futuro proyecto de ley, que ya cerró su consulta pública, que pretende aportar una "gestión sostenible" de las materias primas y una "reducción de las cargas administrativas". Ahora, está a la espera de que el nuevo Gobierno pueda concluirlo para iniciar las exploraciones. Las pautas seguirán todos los cánones marcados por la Unión Europea.
Según el criterio de la Confederación Nacional de Empresarios de la Minería y la Metalurgia, si se explotaran los recursos mineros, España sería el segundo país productor de tierras raras de la Unión Europea después de Finlandia.
Por su parte, los datos recogidos que maneja el Instituto Geológico Minero reflejan que España tiene reservas claves para la nueva política energética europea y ofrece vías de impulso económico para algunas zonas despobladas. El coltán de Orense, el litio de Cáceres o el ‘deseado’ yacimiento de telurio del fondo marino de las Islas Canarias son algunos de los referentes para Europa de los 36 elementos ‘raros’ que necesita.
Precisamente, el yacimiento de Canarias es un tema que presiona a España para abordar su estrategia en estas exploraciones. El monte Tropic, donde se encuentra el yacimiento de telurio, es el principal argumento de que Marruecos quiera ampliar su zona económica exclusiva. Las 2.670 toneladas de telurio se acompañan de cerca de 234 kilos de hierro y 169 de manganeso, además cuenta con cobalto, vanadio, itrio y platino.
España está obligada
Una fuente de ‘oro’ en tiempos de transición energética. Un ‘oro’ que en el mapa internacional lo controla China, algo que la Unión Europea quiere evitar con este tipo de estrategias. El gigante asiático, según la Agencia Internacional de la Energía, produce un 13% de litio mundial, frente al 52% de Australia, y un 8% del cobre. El problema de este monopolio chino reside en el procesamiento, donde cuenta con un 40% en cobre, un 35% del níquel, un 65% del cobalto y un 58% del litio.
España está obligada a participar de una batalla comercial en la Unión Europea y Estados Unidos van de la mano. No obstante, Bruselas y Washington son rivales en la captación de empresas privadas que inviertan en su hoja de ruta ‘verde’. Es decir, quien gane terreno a China con las tierras rares, antes podrá seducir a las empresas para que confíen en su plan.
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