La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala a España por ser el único país de las grandes economías en el que las familias de edad intermedia o productiva sufren más la subida de los precios de la energía que los ancianos. Sus cálculos apuntan a que los primeros estarían ocho décimas más afectados que los segundos.
De hecho, en el estudio económico de la Unión Europea y de la zona euro publicado este martes, menciona a España como excepción. Esa brecha en el impacto de los precios energéticos por edad provoca que las familias aún en edad de trabajar sufran la inflación, en general, alrededor de medio punto más que las personas mayores.
"En España, los precios de la energía afectan menos a las personas mayores que a las personas de edad intermedia", reza el documento. Esto no ocurre ni en Italia, ni en Francia, ni en Gran Bretaña, ni en Alemania, ni en Japón, ni en EEUU, donde los ancianos son los más afectados por la subida de los precios energéticos.
En el informe no se detallan los motivos por los que la edad genera este 'gap' tan potente en el impacto de los precios energéticos en España, y desfavorable para las familias de edad mediana.
Gasto energético desproporcionado en las familias
Unas diferencias generacionales que se suman al mayor castigo que sufren las familias españolas más vulnerables. El Observatorio Europeo contra la Pobreza Energética (EPOV, por sus siglas en inglés) define los hogares con un gasto energético desproporcionado como aquellos en los que su gasto en suministros energéticos, en relación con sus ingresos, supera el doble de la mediana nacional.
Un concepto que se refleja en el análisis de los datos de la Encuesta Financiera de las Familias (EFF) del Banco de España. Este informe señala que, a finales de 2020, antes de la crisis energética, 2,8 millones de hogares españoles se encontraban en dicha situación. Esto supone un 15% de las familias es, un porcentaje relativamente reducido en comparación con el de otros países de nuestro entorno, un 20% en Francia y un 17% tanto en Italia como en Alemania.
No obstante, los hogares españoles que presentan un gasto energético desproporcionado se encuentran, fundamentalmente, en el 30% inferior de la distribución de la renta. Además, estos hogares dedican una mayor proporción de su renta a bienes de primera necesidad, un concepto que incluye alimentos, suministros y pagos relacionados con la vivienda principal.
La luz y el gas vuelven a la carga
El mes de agosto ha dado muestras de que la crisis energética sigue en la sombra. La luz cerró el mes con una subida del 6,2% respecto a julio. El precio medio diario del mercado mayorista español de agosto se sitúa en 96,05 euros megavatio hora (MWh), aunque supone una caído del 68,9% frente a agosto de 2022.
Según explican los expertos del Grupo ASE, la volatilidad ha sido elevada a lo largo del mes y los días con altas temperaturas y escasa generación eólica, el soporte que ha proporcionado el gas a la generación de electricidad, como está caro, ha impulsado hacia arriba el precio.
Por su parte, el precio diario del gas europeo (spot TTF) ha experimentado una extrema volatilidad durante agosto y ha cerrado con una subida del 12,8%, hasta los 33,15 euros/MWh. Por su parte, el precio promedio del mercado español de gas (MIBGAS), de 33,86 euros/MWh, ha estado ligeramente por encima, como apuntando desde el Grupo ASE.
Sin olvidar los carburantes. El gasóleo cerró el mes de agosto un 12% más caro que al comienzo del verano. Un encarecimiento que, según la OCDE, afectará menos a los consumidores de edad más avanzada.
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