Cada vez más españoles empiezan su propio negocio. Es primera vez en ocho años que la tasa de actividad emprendedora (TAE) supera el umbral del 6% en España, según refleja el más reciente informe del Monitor Global del Emprendimiento (GEM, por sus siglas en inglés). Una cifra que se acerca cada vez más a los niveles pre-crisis.
El incremento se ha dado de forma homogénea tanto entre los emprendedores nacientes (personas con negocios que aún no han pagado salarios por más de tres meses), como entre los emprendedores nuevos (personas con empresas que han pagado entre tres y 42 meses de salarios). El repunte, sin embargo, no ha sido suficiente para que España se acerque a la media europea que este año se ubica en el 8,1%. Aunque sí supera las cifras de países vecinos como Alemania, que registra un 5,3% de actividad emprendedora; Francia, con 3,9%; e Italia, con un 4,3%.
"La actividad emprendedora en fase inicial de nuestro país ha rebrotado, rompiendo la barrera del 6% y acercándose un poco más a los niveles pre-crisis", apunta la directora ejecutiva del GEM España, Ana Fernández Laviada, en el informe. Niveles que rozaban el 8% en 2007, pero que en 2016 alcanzaban el 5,2%.
¿A qué se debe el aumento? Fernández explica que, en parte, se debe al incremento sostenido del porcentaje de la población que percibe oportunidades de negocio, que en 2017 alcanzó su máximo con un 32% (el mayor índice desde 2005). De hecho, el 68,5% de los emprendedores en España crean su negocio porque detecta oportunidades en el mercado; una cifra que supera con margen al 28,3% que emprende por necesidad.
Se estrecha la brecha de género
Al revisar el perfil del emprendedor en fase inicial, destacan los hombres de 40 años de media. La tasa de actividad emprendedora presenta en este espectro una participación masculina del 55,1% frente al 44,9% de participación femenina. Es decir, ocho mujeres inician negocios por cada 10 hombres; una brecha que, según el informe, ha disminuido de forma continua desde 2013.
Las diferencias de género se acentúan en los negocios consolidados (aquellos con más de 3,5 años de vida). En este apartado, el 60% de los emprendimientos están liderados por hombres y el 40% restante por mujeres. El informe, que recoge 25.000 encuestas a la población de entre 18 y 64 años, subraya que en general la tasa de este tipo de negocios alcanza ya el 7%.
En términos de innovación, el documento refleja que aunque ha aumentado el índice orientado a nuevos modelos de negocios, casi la mitad de las iniciativas "se concentran en el sector de ventas, retail y servicios y nacen en forma de autoempleo". De hecho, el 42% de los emprendedores considera generar empleo y sólo el 9% espera contratar a seis o más empleados.
Las barreras
¿Cómo está el ecosistema emprendedor español frente a otros Estados de la Unión Europea? El estudio sostiene que los resultados ubican a España "por debajo de la media de las economías basadas en la innovación en lo que respecta al porcentaje de emprendedores potenciales y el nivel de actividad emprendedora en fase inicial".
Entre los 12 factores estudiados en el informe por más de una veintena de expertos, sólo un factor ha sido reconocido positivamente: la infraestructura física. El resto ha registrado retrocesos "considerables".
El 61% de los especialistas destacan que la principal condición que ha obstaculizado la actividad emprendedora en España siguen siendo las "políticas gubernamentales", consecuencia de los “altos niveles de burocracia en los procesos administrativos”, así como al “exceso de impuestos y regulaciones”.