España se está convirtiendo en uno de los países con menor poder adquisitivo de la zona euro. Una tendencia que no hace más que agravarse con el paso de los años. A finales del pasado año, gracias a un estudio de GFK, conocimos que nuestro país se encuentra fuera del Top-10 de la UE. En concreto, ocupamos la 17ª posición con 15.314 euros. Esto se traduce en un poder adquisitivo inferior en un 6% a la media europea, que alcanza los 16.344 euros.
Si bien es imposible poder alcanzar a las naciones que lideran el ranking, véase Liechtenstein, Suiza y Luxemburgo, la gravedad del asunto es que los italianos tienen 3.951 euros más que los españoles, mientras que los franceses cuentan con 6.628 euros más. Al fin y al cabo, son los ejemplos más cercanos a los que deberíamos tratar de acercarnos.
España, el país de la OCDE con menor poder adquisitivo
Tal y como publicamos en Vozpópuli el pasado mes de mayo, la renta disponible de los españoles bajó un 5,1% respecto a 2019, último ejercicio pre-COVID. Mientras, en el conjunto de la OCDE, la media creció un 0,8% en dicho periodo. Basándonos en estos datos, España fue el país peor parado de toda la OCDE. El siguiente que más perdió, Gran Bretaña, lo hizo decayendo un 2,8%, la mitad que nuestra nación.
La renta disponible es el dinero que les queda a las familias tras hacer frente a las obligaciones tributarias, es decir, tras restar a los ingresos de un hogar los impuestos y las cotizaciones sociales. Este remanente se emplea bien en consumo o ahorro. Un indicador claro de la pésima situación económica que atraviesa el país.
El INE lo refrenda: somos más pobres
Pese a las evidencias que relatan y contrastan el empobrecimiento y pérdida de poder adquisitivo de los españoles, todavía se puede bucear más en las entrañas para dar con más claves. El Instituto Nacional de Estadística cuenta con todo tipo de indicadores socioeconómicos para conocer el estado de salud de los bolsillos españoles.
Uno de ellos es la renta anual neta media por persona y unidad de consumo de los hogares según edad, fundamental para recabar información sobre la renta, el nivel y composición de la pobreza y la exclusión social en España y permitir realizar comparaciones con otros países de la Unión Europea. Saber con exactitud la renta anual media por persona y por unidad de consumo de los hogares según edad permite conocer la posición relativa de hombres y mujeres según la renta del hogar al que pertenecen y la edad.
Indagando en el período de 2008 a 2022, y tal y como señaló primero Datadicto, se constata que, a lo largo de estos 14 años, tres de las cuatro franjas de edad analizadas han perdido poder adquisitivo con respecto a antes del inicio de la gran crisis económica que sufrió.
El grupo de población más perjudicado es el que va desde los 16 a los 29 años de edad. Su poder adquisitivo de 2008 a 2022 ha decaído un 11,2%. Los bajos salarios, el caro nivel de vida, la brutal inflación y la falta de estabilidad sigue empujando a los más jóvenes a ver sus esperanzas de prosperar muy reducidas.
La cosa mejora, aunque no mucho, entre los 30 y 44 años. Ellos pierden un 7,5% en el periodo estudiado. Una bajada que no deja de ser muy delicada, ya que es la edad en la que, supuestamente, las personas deben hacer frente a hipotecas o al cuidado de hijos.
Si el panorama de los jóvenes es desolador, el de los adultos de 45 a 64 años es casi peor. La evolución de su poder adquisitivo se ha debilitado un 10%. Preocupante porque son edades en las que, con los hijos (de tenerlos) ya independizados y los grandes gastos ya cubiertos, se debería ahorrar de cara al futuro y la jubilación. No solo no ahorran, sino que tienen menos dinero que hace 14 años. Dramático.
Por último, el grupo de personas con más de 65 años. Ellos son los únicos que han visto aumentado en un 6,5% su poder adquisitivo desde 2008. Afortunados ellos, ya que sus pensiones subirán hasta un 4,5% en 2024. De hecho, el ejecutivo calcula que la revalorización de las pensiones va a suponer un gasto extra de cerca de 7.500 millones, que lo pagarán el resto de españoles cuyo poder adquisitivo se ve cada vez más mermado.
España, actualmente, cuenta con una tasa de natalidad estancada, unas pensiones que no hacen más que subir (con menos aportaciones para mantenerlas en la Seguridad Social), graves problemas estructurales en la economía y una baja competitividad con el resto de países de la Unión Europea. El país se encamina a un futuro con más sombras que luces, donde crecer y ahorrar será cada vez más difícil.
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