Los fabricantes y empresas de automóviles que operan en España alcanzaron una facturación el pasado ejercicio de 70.392 millones de euros, un 15,8% más que el año anterior, tal y como recoge el Informe Anual 2022 de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). Una cifra que viene condicionada por las secuelas de la pandemia, la falta de suministros como consecuencia de la guerra de Ucrania y la crisis de los microchips, que ha afectado tanto al ritmo de producción como de matriculaciones.
En cuanto al resultado neto, se obtuvo una cifra de 767 millones de euros en el último año, un 33% menos que en 2021, mientras que la recaudación fiscal de la automoción acumuló 39.177 millones de euros durante 2022, aumentando en un 13,2% su aportación a la economía de nuestro país en comparación con el anterior ejercicio.
De este total, la recaudación del impuesto de matriculación se incrementó en un 7,8%, ascendiendo a los 4.590 millones, pese a que en 2022 se matricularon menos vehículos que el año anterior. La transformación industrial hacia el vehículo electrificado y la movilidad sostenible es una prioridad para las marcas ubicadas en España, por lo que durante el ejercicio anterior se invirtieron 1.710 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 14,5%, confirmando la especial relevancia que España tiene como polo industrial para la automoción.
Aunque 2022 se vio afectado por la escasez de semiconductores, la falta de componentes, el aumento de la inflación o los problemas de logística y transporte, la flexibilidad de las fábricas y el continuo diálogo social para adaptarse a las condiciones cambiantes permitió la resolución de la mayoría de los ERTES, logrando que las fábricas en España no sólo no perdieran empleo, sino que aumentasen sus plantillas hasta un total de a 62.341 trabajadores, un 1% más que en 2021.
Para José López-Tafall, director general de ANFAC, la recuperación del empleo en el sector “reflejan la resiliencia de una industria que aporta el 10% del PIB y del compromiso de los fabricantes y de nuestros centros de producción por continuar siendo un referente económico y de empleo cualificado en España y en Europa”.
Sin embargo, esa resiliencia de la producción no se ha visto acompañada por las cifras de ventas de turismos que en 2022 cerraron con 813.374 unidades, un dato peor incluso que en el año del primer confinamiento. España es la cuarta economía de la Unión Europea y como tal el mercado debe estar en torno a los 1,2 o 1,3 millones de turismos vendidos al año y 1,5 o 1,6 millones si incluimos los vehículos comerciales, buses y pesados.
Cambiar programas de incentivos
“Un mercado tan bajo como el de 2022 penaliza la renovación del parque, que cerró el pasado año con una media de 13,9 años. Es necesario recuperar los niveles de 2019 para contribuir a la descarbonización del parque móvil, eliminando los vehículos más viejos por unos nuevos que, no sólo son más sostenibles sino también más seguros. Es irrenunciable acelerar la electrificación para no quedarnos atrás, pero un vehículo nuevo de combustión que elimine de las carreteras uno de más de 20 años también mejora la calidad del aire y hoy en día es una solución factible para muchos ciudadanos”, explica López-Tafall.
Un mercado tan bajo afecta a la penetración de la electromovilidad en España, que ocupa el vagón de cola de Europa a cierre de 2022. En este sentido, el Barómetro de electromovilidad evidencia el lento desarrollo de la electrificación en nuestro país. El indicador global de electromovilidad alcanzó 15,3 puntos, que solo supuso un aumento de 3,5 puntos respecto a 2021, pero muy lejos de la media europea que superó los 33 puntos.
España no logró cumplir en 2022 con las exigencias mínimas de electrificación para alcanzar los objetivos anuales de reducción de emisiones, por lo que para Anfac 2023 es un año clave para impulsar las ventas del mercado total, la entrada del vehículo electrificado y asentar a España como hub de electromovilidad. “No podemos dejar pasar 2023 sin tomar decisiones que realmente contribuyan a la transformación de la industria”, señaló López-Tafall.
“La industria de la automoción necesita el pleno apoyo y compromiso del nuevo Gobierno que se conforme el próximo 23 de julio para avanzar en la descarbonización y bajo un modelo de movilidad, donde el vehículo eléctrico sea considerado una solución más para avanzar hacia la movilidad sin emisiones”, apuntó el director general de ANFAC.
Por ello, y con el actual plan MOVES III con fecha de caducidad el 31 de diciembre y del que aún quedan fondos, Anfac propone un cambio radical de los programas de incentivos, con un nuevo modelo de ayuda a la demanda más eficiente y directo, que llegue antes al ciudadano y a las empresas y evite trámites y costes improductivos a las administraciones públicas
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación