La ciberdelincuencia crece año tras año, y el motivo es que da resultado, da beneficios a quienes ejecutan las estafas. Picamos, perdemos nuestro dinero. Una de las formas más habituales de entrada de los fraudes online es el correo electrónico.
Descubrir estas amenazas es un galimatías porque muchos usuarios de este sistema de comunicación -correo- reciben decenas -e incluso centenares- de mails a diario. Estar alerta es casi misión imposible. Sin embargo, hay un puñado de consejos, muy sencillos, que nos ayudarán a reducir los riesgos.
Debemos tener siempre en mente una palabra: desconfianza. Es la clave para aumentar la seguridad. Sea una entidad de confianza -aparentemente- o un amigo o familiar, desconfía si te piden tus contraseñas o dinero. Suele ser una estafa. Los ciberdelincuentes crean cuentas de correo falsas desde las que envían los mensajes, para que pensemos que son verdaderos.
Lo más aconsejable si dudas es que llames directamente a la empresa -tu banco, suministrador energético, operador...- y le comentes el contenido del correo que te ha llegado para verificar si es cierto. Lo mismo has de hacer con tus familiares y amigos. Ponte en contacto con ellos para comprobar que lo que has recibido es real. Si quieres conocer más consejos para minimizar riesgos, te recomendamos que eches un vistazo al video que acompaña esta información.
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