Durante el parón que se vive en agosto en la Comisión Europea y en la vuelta a la actividad que empieza esta semana, ha llamado la atención la intensa agenda que viene desempeñando el Gobierno español en funciones en Bruselas encaminada a lograr ser investido. Las fuentes consultadas por Vozpópuli dan cuenta del estupor que causan unos movimientos en las instituciones europeas de Pedro Sánchez y sus ministros dirigidos a obtener votos suficientes de sus socios nacionales.
Unas maniobras de un gobierno en funciones que se entiende que no son medidas urgentes y necesarias para el interés general. Y que se producen además por parte del Gobierno que ostenta la Presidencia de la UE que está haciendo lo contrario que anunció y que se esperaba en este semestre.
Se vienen observando movimientos que causan sorpresa, como la carta que mandó el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, en la madrugada del 17 de agosto al Consejo Europeo, para reclamar que avale la propuesta de Sánchez de hacer oficiales en la UE el catalán, el vasco y el gallego. Fue el precio que exigió Carles Puigdemont para otorgarle al PSOE la Presidencia del Congreso, según pudo comprobarse dos horas más tarde.
Eslovaquia, Hungría y Alemania, según ha informado este periódico, rechazan de momento esta iniciativa.
En Bruselas, se han desayunado este lunes con la llegada de la vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, para reunirse con Carles Puigdemont, prófugo de la Justicia española a quien el Tribunal General de la UE acaba de retirar la inmunidad como eurodiputado.
Sin embargo, el presidente del Gobierno en funciones ha renunciado a intervenir en el Parlamento Europeo el 13 de septiembre para presentar las prioridades de la Presidencia española de la UE. Un evento que se preparaba desde que en junio tuviera que renunciar al discurso que estaba agendado para el 13 de julio. Lo hizo tras la publicación de una carta del jefe del grupo del PP Europeo en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, que pedía a la presidenta de la institución, Roberta Metsola, que se retrasara a septiembre de forma que no coincidiera con la campaña electoral.
Se esperaba que Sánchez brillara en una comparecencia el 13 de septiembre en el marco de la intervención de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el debate del Estado de la Unión. Pero el 29 de agosto el presidente español la canceló con el argumento de que era conveniente no celebrarla por el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo, que se ha fijado el 26 y 27 de septiembre.
Una cancelación que se ha interpretado que se debe a que el presidente en funciones quiere ahora evitar una sesión en la que podría enfrentarse a críticas de otros grupos y en la que podría producirse un encuentro con Puigdemont que inmortalizaran las cámaras, una posibilidad que no le convendría y que ha quedado reservada de momento para Yolanda Díaz.
Sánchez preferiría concentrarse en cónclaves más controlados, como la reunión del Consejo de Comisarios en Madrid el 3 de julio, y la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que se celebrará en La Alhambra de Granada el 6 de octubre.
El PSOE cuenta ahora con que la investidura de Sánchez sea el 17 de octubre, para lo que prevé sumar el voto de Puigdemont. Pasado ya septiembre y el ecuador de la Presidencia española de la UE, no parece que tenga mucho sentido que dé el discurso de sus prioridades.
La vicepresidenta segunda ha desembarcado este lunes en las dependencias del Parlamento Europeo en Bruselas justo cuando podía verse una exposición que se inaugura formalmente este martes y que organiza Puigdemont en la que se reivindica el referéndum ilegal del 1-O, según ha denunciado la Delegación de Ciudadanos en la Eurocámara.
La candidatura de Calviño
Un exceso de las atribuciones de un ejecutivo en funciones que las fuentes consultadas también creen que se da en la designación de Nadia Calviño como candidata a la Presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), y que se ve con malos ojos en Alemania, según ha desvelado Vozpópuli.
A veinte días de que se produzca la votación para la Presidencia del BEI en el cónclave de ministros de Finanzas en Santiago de Compostela el 16 y 17 de septiembre, Calviño emprendió la semana pasada una gira de promoción personal en Berlín y París.
El Partido Liberal alemán (FDP), que preside precisamente el ministro de Finanzas, Christian Lindner, ha planteado que le parece extraño que se promueva una candidatura en funciones, y respecto a la candidata en sí, ha mostrado reticencias de que concurra después de que se desvelara su intento de colocar a dedo a su marido en Patrimonio Nacional, como desveló Vozpópuli el pasado viernes. Así lo refrenda Adrián Vázquez, jefe de la delegación de Ciudadanos en la Eurocámara, que traslada a Vozpópuli que sus compañeros Liberales alemanes se pusieron en contacto con su formación cuando se conoció la candidatura de Calviño y que le plantearon estas cuestiones.
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