La paridad del euro frente al dólar es la línea divisoria de mayor nivel en los mercados de divisas globales y no se había traspasado desde la última crisis de las puntocom en el año 2000, cuando cayó por encima del 17%, alcanzando mínimos históricos de 0,82 dólares. Por aquel entonces, la divisa de la Unión Europea comenzaba a andar y desde entonces nunca volvió a perder la paridad frente al dólar, hasta ahora.
Las nuevas presiones energéticas mantienen en vilo la moneda única. Basta pensar que en poco más de un mes, desde el 14 de julio, los precios del TTF han registrado un aumento de más del 213%. Esta situación tiene graves repercusiones para las economías europeas, especialmente para Alemania. Según ha confirmado Joachim Nagel, presidente del Bundesbank, el riesgo de una próxima recesión va en aumento en caso de que la crisis energética continúe empeorando.
En este escenario de gran incertidumbre en Europa, tanto en lo que respecta a la lucha contra la inflación (trayectoria de subida de tipos de interés) como a la estabilidad económica, el diferencial entre los tipos del euro frente al dólar ha aumentado. Las previsiones no son nada halagüeñas e incluso podría superarse la paridad. Los indicadores técnicos continúan siendo negativos, tal y como señala Gabriel Debach, analista de mercados de eToro.
¿En qué afecta el euro débil?
Tener un euro débil supone un problema para los mercados, pero también para el bolsillo de los ciudadanos. Tener al dólar por encima de nuestra moneda supone una pérdida de poder adquisitivo encubierto. Si estás interesado en viajar a Estados Unidos, por ejemplo, el dinero que tengas guardado para ese viaje valdrá menos, sólo por el cambio de divisa.
Lo mismo ocurre con las compras online. Muchas veces se hacen pedidos a empresas internacionales que cobran su mercancía en dólares. Esto también es un problema, porque a la ya inflación desbocada se sumará que al cambio el euro vale menos que la divisa norteamericana. Y no sólo eso, en el precio de la gasolina también se ve reflejado. Al ya de por sí aumento del precio de la energía, hay que sumar que el barril de brent, el petróleo, se compra en dólares, por lo que también se pagará más cuando se adquiera el crudo.
El caso de las empresas
Las implicaciones en las empresas españolas debido a la debilidad del euro frente al dólar son múltiples, y dependerán de la magnitud y la naturaleza de la exposición a dicha divisa, señala Antonio Berga, cofundador de Embat.io.
"Se puede dar el caso de compañías expuestas al dólar a nivel de ingresos, otras a nivel de costes, otras a ambos niveles, otras que tendrán un impacto tangencial e incluso habrá otras que tendrán deudas o activos financieros denominados en dólares. Haciendo de esto una debilidad o una fortaleza dependiendo del caso", agrega Berga.
Esto quiere decir que compañías españolas con ingresos denominados en dólares hoy se benefician del fortalecimiento del dólar cuando convierten esos ingresos a euros. Y del mismo modo, compañías españolas que venden a clientes en países que usan el dólar o monedas fuertemente correlacionadas, incluso vendiendo en euros, se benefician indirectamente porque el precio es más competitivo para alguien cuya moneda de referencia es el dólar.
Por ejemplo, el sector hotelero podría beneficiarse para atraer turismo estadounidense, ya que estos percibirán
que es un precio más atractivo al convertirlo a dólares. Si bien, cuando los billetes para volar hasta España, posiblemente serán más caros porque, por un lado, el petróleo está en máximos y, además, denominado en dólares.
Por el contrario, en línea con el ejemplo anterior, las compañías que van a tener que tomar medidas para ajustarse a la nueva realidad son aquellas que tienen costes denominados en dólares e ingresos denominados en euros, como pueden ser las compañías aéreas españolas. Y en peor situación estarán si además tienen deudas denominadas en dólares.
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