Europa, tú que creaste EADS, Airbus, un conglomerado aeronáutico capaz de competir con el gigante estadounidense Boeing, impulsa ahora la creación de una gran gestora europea de fondos que pueda plantar cara a los BlackRock, Vanguard, State Street Global...
El primer accionista de Santander no es la familia Botín. Ni en Telefónica lo es Caixa o BBVA. El primer accionista de las mayores cotizadas españolas, excluyendo a Inditex, es la estadounidense BlackRock, presente en el capital de grupos empresariales esenciales para la economía del país. Igual ocurre en el resto de Europa.
Con activos bajo gestión valorados en más de 6 billones de dólares -el PIB español son 1,2 billones de euros- la sociedad presidida por Larry Fink reina en el negocio de las gestoras de fondos. Aunque habitualmente BlackRock no emplea sus participaciones en compañías para tomar puestos en los consejos de administración ni influir en su gestión, resulta difícil no presuponer que marcará ciertas directrices.
El negocio tradicional de la banca ha tocado techo en la era de los tipos bajos
Las mayores gestoras de fondos en Europa son Allianz Group, Axa Group, Amundi, Deutsche Bank, y BNP Paribas. La suma del valor de los activos que gestionan se sitúa al nivel de BlackRock. Competir por separado con BlackRock, o con Vanguard (unos cinco billones de dólares) es imposible. Y el nivel de especialización, tecnológico, o profesional de las gestoras estadounidenses es inalcanzable para las europeas.
En España, las gestoras de fondos de CaixaBank, BBVA y Santander más Popular suman un valor de activos cercano a los 100.000 millones de euros.
Tanto el Banco Central Europeo como el Banco de España alientan las fusiones nacionales, y transfronterizas, de los bancos. Pero la frustrada fusión entre Deutsche Bank y Commerzbank ha enfriado las pretensiones de los supervisores.
Alemania, Francia y España unieron fuerzas a principios de este siglo para crear EADS, que hoy disputa el liderazgo mundial a Boeing
El negocio tradicional de la banca, atrapada en la era de los tipos bajos y agarrotada por la normativa financiera, ha tocado techo. No tiene sentido fusionar toda la estructura de distintas entidades financieras para crear un banco de mayor tamaño que se va a encontrar con las mismas limitaciones a su negocio.
Sin embargo, en la industria de la gestión de activos, la banca europea sí tiene mucho camino por recorrer. Y aquí, el tamaño sí que importa.
Ruptura entre Deutsche y Commerzbank
Esta misma semana se ha conocido la ruptura de las negociaciones entre Deutsche y Commerzbank para su fusión, y también el inicio de conversaciones para unir las divisiones de gestión de activos del mayor banco alemán y de UBS. Una operación, esta última, que parece tener más sentido.
Alemania, Francia y España unieron fuerzas a principios de este siglo para crear el grupo aeronáutico EADS, con participaciones públicas y de compañías privadas. Por el camino han quedado fracasos como el A-380, o polémicas por la presencia de representantes políticos en sus consejos. Pero hoy EADS disputa a Boeing el liderazgo de la industria mundial aeronáutica, algo por lo que pocos apostaban hace 20 años.
¿Por qué no impulsar una iniciativa similar en la industria europea de las gestoras de fondos? Una gran firma europea, con presencia en su capital de las divisiones de este tipo de negocio de los grandes bancos del continente. Y en la que exista una pequeña representación pública, de los Estados. Una gestora capaz de competir en el futuro con los gigantes estadounidenses. Y que impulse el negocio de las compañías españolas, francesas, alemanas o italianas en cuyo capital participe.
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