Los rumores de quiebra del gigante chino del ladrillo Evergrande ha provocado un seísmo en las bolsas mundiales. Las acciones de la compañía han caído este lunes un 19% en el mercado bursátil, lo que supone irse a mínimos de hace 11 años. Los inversores temen que la empresa no sea capaz de hacer frente a la enorme deuda que ostenta el grupo, que asciende a 305.000 millones de dólares (299.000 millones de euros)
Evergrande ha tenido que hacer frente este año a la caída del valor de las ventas de nuevas viviendas y a nuevas regulaciones contra la especulación en el sector inmobiliario. La compañía se ha visto obligada a poner en venta numerosos activos para generar liquidez e intentar solucionar sus problemas en el flujo de caja, que se redujo en la primera mitad del año un 45 % interanual hasta los 86.800 millones de yuanes (11.345 millones de euros).
Los rumores de quiebra de la compañía se volvieron a disparar la semana pasada después de que las agencias de calificación crediticia Moody's y Fitch alertaran sobre el "alto riesgo de impago".
Tras este varapalo, la promotora publicó un comunicado para acallar los crecientes rumores de bancarrota en el que aseguraba que las noticias sobre su quiebra "son completamente falsas", pese a que reconocía que el grupo "se enfrentaba a dificultades sin precedentes".
Evergrande arrastra a todas la bolsas
Dicho escrito no ha sido suficiente para calmar a los mercados, pues desde la semana pasada el contagio al resto de bolsas se ha hecho evidente, con especial repercusión en esta sesión, donde el Ibex 35, el principal indicador de la Bolsa española se deja cerca de un 2% a media mañana. El resto de plazas europeas también han abierto a la baja, con caídas similares en el Dax alemán o el Cac francés.
El índice de referencia de la Bolsa de Hong Kong, el Hang Seng, registró este lunes pérdidas del 3,3% en una jornada marcada por la debacle de Evergrande.
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