Antonio Asenjo, exjefe de Seguridad de Iberdrola, prepara una recusación contra el juez Manuel García-Castellón, instructor de la pieza 17 del caso Tándem que investiga las relaciones de la compañía energética con el excomisario José Manuel Villarejo en el Juzgado Central de Instrucción nº 6.
Este miércoles por la tarde, la representación letrada de Asenjo presentó un nuevo escrito al que ha tenido acceso Vozpópuli en el que comunica a García-Castellón que va a comenzar a preparar el procedimiento para recusarle y apartarle de la instrucción del caso. Asenjo ha tomado esta decisión tras haber declarado este miércoles por tercera vez ante el juez y los fiscales.
Según consta en el escrito, Asenjo reclama que le sea remitida “a la mayor brevedad posible” una “copia íntegra con imagen y sonido de las tres sesiones" de la declaración para preparar la recusación. En su última declaración, Asenjo optó por no responder preguntas tras considerar que sus dos primeras declaraciones fueron ilegales: no se le informó de sus derechos y las grabaciones sobre las que tuvo que responder preguntas, siempre según su versión, han podido ser manipuladas.
Y es que esta última sesión, según las fuentes consultadas, no fue precisamente tranquila. Asenjo no reconoció nuevas grabaciones y el juez le acusó de mentir y de actuar de forma incoherente con respecto a sus anteriores declaraciones. Ya en anteriores intervenciones, el magistrado llegó a decirle que no se creía nada de lo que declaraba.
La presentación de este escrito suma un nuevo episodio a la más que complicada relación de Asenjo con García-Castellón y los fiscales del caso. En anteriores escritos, Asenjo había acusado a ambas partes de perseguir una “verdad procesal” y les acusó de abonarse a la tesis de José Antonio del Olmo, testigo del caso y defensor de la implicación del presidente Ignacio Sánchez Galán y el resto de la cúpula en las contrataciones de Villarejo.
Acusaciones de prevaricar
Asenjo no ha escatimado en críticas a los fiscales, a los que ha acusado sin ambages de prevaricar y de desinterés por perseguir la verdad. Desde que fue imputado en la causa, el exdirectivo manifestó su interés por declarar ante el juez y el hecho de que Olmo, que es testigo pero no está siendo investigado, fuese llamado antes, fue uno de los puntos que más soliviantó a Asenjo y su abogado.
No obstante, el punto de inflexión se produjo en los últimos días, cuando Asenjo acusó a los fiscales de poner una vela a Dios y otra al diablo por seguir una "doble estrategia" con él y con Olmo. Para Asenjo, Olmo es un testigo con una "credibilidad nula" y aseguró sentirse engañado por los fiscales, con quienes estaba negociando una sentencia en conformidad.
Otro de los asuntos que más ha molestado a Asenjo y que previsiblemente incluirá en la recusación que ya preparada es la ampliación del secreto de sumario. En anteriores escritos presentados en el juzgado, el exalto cargo de la energética ha cuestionado en numerosas ocasiones los motivos por los que García-Castellón se resiste a levantar el secreto de sumario cuando sí se levantó en la pieza principal de Tándem.
Respecto a la base jurídica de la recusación, es previsible que la defensa de Asenjo recurra a la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). En particular, a la sentencia que condenó a España por vulnerar el derecho a un juicio justo de Arnaldo Otegi y otros cuatro dirigentes abertzales en el caso Bateragun tras considerar acreditado que una de las juezas del tribunal no era imparcial. Ahora, Asenjo podría recuperarla para construir su recusación.
La recusación es un recurso legal que las partes de un pleito pueden utilizar para intentar apartar a un juez que consideran que no es imparcial. Para ello, la parte que quiera apartar al juez (en este caso, Asenjo), debe explicar y justificar los motivos que acreditan que el magistrado instruye el caso con parcialidad.
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