El sector de la energía nuclear está de celebración: este miércoles el Parlamento Europeo aprobó que tanto ella como el gas se consideren "verdes", tal y como proponía la Comisión Europea, a petición de muchos sectores económicos. Aunque las grandes organizaciones nucleares españolas aplauden esta decisión de la UE, la deriva política española en este aspecto hace que el futuro de la misma no sea tan halagüeño como puede ser en otros países. Y como denuncian los expertos, no unirse a la decisión europea puede "hipotecar" al país entero.
El presidente y portavoz del Foro Nuclear, Ignacio Araluce, asegura que "la decisión del Parlamento Europeo es muy positiva, un espaldarazo". Sin embargo, como afirman desde la organización a Vozpópuli, la taxonomía no supone un cambio en el calendario previsto de cierre de las centrales nucleares españolas, que seguirán funcionando hasta que en el 2027 comiencen a parar de forma escalonada y en el 2035 cierre el último de ellos.
Y al igual que creen que España no va a parar el cierre de las centrales ya construidas, tampoco está prevista por ahora la construcción de nuevos reactores en nuestro país, aunque es una decisión "muy relevante para países que construirán reactores como Francia y otros muchos de la UE que apuestan por esta tecnología".
También desde la Sociedad Nuclear Española (SNE) confirman que no va a suponer un cambio en España, porque la votación parlamentaria "no obliga a nada; simplemente la define como sostenible". El presidente de la SNE, Héctor Dominguis, añade que mientras en Europa se ha impuesto la ciencia al pensamiento político, en España ocurre lo contrario: el discurso ideológico impide que se vean las pruebas científicas que validan la sostenibilidad y la eficiencia de la energía nuclear.
Por ello, ambas sociedades piden que el Gobierno apueste por este tipo de energía, "tan respetuosa con el medio ambiente como las renovables y tan eficaz como el carbón". "Cualquier decisión errónea en relación a la energía, nos hipotecará a todos los españoles durante décadas", reitera Dominguis.
¿La nuclear, una energía sostenible?
Uno de los argumentos esgrimidos por los detractores de la nuclear en España es que es una energía poco "o nada" sostenible, tanto a nivel económico como a nivel medioambiental.
Desde la SNE denuncian que el primer problema, el de la sostenibilidad económica, solo ocurre en España. Aquí, las centrales no son viables y suponen un gasto exagerado porque hay una presión fiscal desorbitada. "Por eso pedimos que se genere un marco regulatorio que haga que la nuclear funcione 20 años", exclama Dominguis.
Sobre los posibles problemas de respeto al medio ambiente, los estudios científicos demuestran que son igual de sostenibles que las energías renovables. Los dos informes más importantes que demuestran este hecho son los del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas y el del Centro Común de Investigación (IPCC y JRC respectivamente por sus siglas en inglés). Ambos demuestran que es una opción energética del futuro, por su nula emisión de CO2.
De hecho, la nuclear se presenta, según las investigaciones, como una opción real para luchar contra el cambio climático. Concretamente, el parque nuclear español evitó la emisión de cerca de 20 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera y la producción de este tipo de energía supuso el pasado año el 30,36% de la electricidad libre de emisiones de nuestro país.
Seguir el ejemplo internacional
Aparte de ser una energía sostenible, tanto económica como medioambientalmente, la nuclear hoy en día es "imprescindible" porque "no es posible tener un sistema energético competitivo sin ella". "Cada vez son más los países que apuestan por ello. En el mundo, la gente ya está tomando conciencia de que si queremos asegurar el suministro necesitamos la nuclear", agrega Dominguis.
En un momento de crisis de suministro energético, la nuclear se ha convertido en una energía clave y, como asegura el presidente del Foro Nuclear, "si somos necesarios durante todo este tiempo, que no se ponga en tela de juicio la viabilidad".
Por su parte, desde la SNE señalan que el ejemplo de otros países demuestran que "las pruebas científicas son contundentes". Como reflejan los datos oficiales de la página electricitymap.org, que informa de la emisión en directo de CO2 por países, Suecia, es el país que menos contamina porque el 100% de su energía se produce con nucleares. En cambio, Alemania, que depende principalmente del carbón, es muy contaminante, y además, se ha visto especialmente perjudicado por la guerra en Ucrania.
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