BBVA Research ha estudiado a qué se debe el fortísimo desplome de las importaciones españolas, y ha llegado a la conclusión de que un 42 por ciento de la caída se corresponde con una mayor compra de productos españoles.
De acuerdo con el último informe Situación España del servicio de estudios, este hecho supondría la creación de una nueva estructura productiva capaz de generar de una forma sostenida superávits en la balanza por cuenta corriente.
Las importaciones españolas han caído a un ritmo del 3,4 por ciento desde el inicio de la crisis hasta el punto de situarse unos 17 puntos por debajo. Y evidentemente una parte importantísima de la reducción de las importaciones se origina por la escasa demanda, el paro y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, los analistas de BBVA han intentado evaluar si hay otros factores que también influyan centrándose en las importaciones no energéticas.
El estudio destaca que por primera vez en dos décadas hemos conseguido ganancias en competitividad vía precio de los productos nacionales frente a los foráneos. Al mismo tiempo, la demanda española se ha vuelto más sensible a los precios. Y la conjunción de ambas circunstancias al final ha favorecido una mayor adquisición de bienes y servicios Made in Spain en lugar de importados.
No obstante, tenemos una industria intensiva en importaciones, es decir, para exportar tenemos que importar bienes intermedios o materias primas con los que fabricamos el producto, y el ejemplo más clásico es el automóvil, un sector en el que muchas veces se precisan importar las piezas. Lo cual hace que aumente nuestra propensión a importar conforme más vendamos fuera.
Pero según los analistas de BBVA esto también empieza a corregirse. Los insumos nacionales están ganando competitividad. Y gracias a ello se sustituyen proveedores internacionales con nacionales. Algo que además tiene bastante recorrido a corto plazo porque hay mucha capacidad inutilizada que debería mantener los costes bajos durante cierto tiempo.
Buenos datos de ventas al exterior
Respecto a las exportaciones, España sigue siendo el país europeo que más las aumenta, aunque sea desde bases bastante bajas. Hemos saltado desde un punto en el que representaban en torno al 22 por ciento del PIB hasta alcanzar cerca del 35 por ciento, un avance espectacular aunque aún alejado del 50 por ciento del PIB del que hace gala Alemania.
Después de haber alcanzado cotas de crecimiento del 9 por ciento, las exportaciones españolas se han ralentizado hasta unos incrementos del orden del 6 ó el 7 por ciento interanuales, todavía bastante elevados. Sin embargo, el Gobierno espera que pese a la ralentización europea haya un nuevo tirón de aquí a finales de año y que los datos de septiembre publicados este miércoles sean francamente positivos. Lo normal según los expertos consultados es que estas tasas se vayan ralentizando hasta unos crecimientos del 3 por ciento conforme el sector exportador cobre más peso en la economía.
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