El 16 de abril de 2012 la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, anunció una de las medidas estrella de su mandato, cargada de populismo, y que restó al país credibilidad ante todo el mundo financiero y los inversores internacionales: la expropiación de YPF a Repsol.
"Somos el único país de Latinoamérica y casi del mundo que no maneja sus recursos naturales", declaró ese día Cristina Fernández de Kirchner para defender la medida. El anuncio de la presidenta debilitó las relaciones diplomáticas entre España y Argentina, y obligó a Repsol a batallar en los juzgados mientras negociaba una indemnización.
La multinacional española arrancó una indemnización por la expropiación del 51% del capital que tenía en YPF recibiendo bonos valorados en 5.000 millones de dólares. Pero nueve años después de aquel polémico anuncio, la expropiación de YPF sigue viva en un juzgado de Nueva York.
Las consecuencias de ese proceso judicial son ahora inciertas, pero podrían desembocar en un nuevo enfrentamiento entre Argentina, España y Repsol y, de nuevo, con miles de millones de euros en juego.
De Madrid a Nueva York
El acuerdo de indemnización alcanzado entre Repsol y Argentina no tuvo en cuenta a los propietarios de otro 25% del capital de YPF, la familia argentina de banqueros Eskenazi, dueña de esa participación en la petrolera argentina a través de dos sociedades domiciliadas en España, Petersen Energía y Petersen Energía Inversora.
Burford Capital, el mayor fondo del mundo en la financiación de litigios, está al frente de la demanda en EE UU
Argentina expropió el 51% de YPF en manos de Repsol, pero no el 25% que los Eskenazi tenían en la compañía a través de las dos sociedades españolas. La familia argentina había logrado hacerse con ese porcentaje de YPF en buena parte gracias a un préstamo que les fue concedido por la propia Repsol, de 1.500 millones de euros.
Las firmas españolas de los Eskenazi se declararon en concurso de acreedores tras la expropiación anunciada por Fernández de Kirchner de YPF, ya que estos iban reduciendo su deuda con Repsol y otros acreedores financieros con los fuertes dividendos que la petrolera argentina repartía entre sus accionistas.
La administración concursal designada por el juez mercantil español de las sociedades de los Eskenazi promovió la presentación de una demanda en Estados Unidos contra Argentina e YPF para reclamar, al igual que hizo Repsol, una indemnización.
La base de la demanda contra Argentina se encuentra en los estatutos de YPF, que obligan al lanzamiento de una OPA
Al ser YPF una compañía cotizada en Estados Unidos, la demanda tenía que presentarse en aquel país. La administración concursal de las sociedades de los Eskenazi logró que Burford Capital, el mayor fondo del mundo en la financiación de litigios, se hiciera cargo del proceso judicial en Estados Unidos.
La base de la demanda contra Argentina e YPF es el argumento de que los estatutos sociales de la compañía argentina recogían la obligación de lanzar una OPA sobre el 100% del capital en el caso de que el Gobierno argentino tomara el control del grupo.
De la presentación de esa demanda en Nueva York contra Argentina e YPF se cumplen ahora seis años. En abril de 2015 la demanda llegó al tribunal de la juez Loretta Preska, que ha ido tumbando en estos años las pretensiones de Argentina de que el caso no se juzgara fuera del país.
El fondo Burford calcula que su reclamación contra Argentina puede superar los 9.000 millones de dólares
El fondo Burford Capital, como ha informado Vozpópuli, estima que su reclamación en nombre de las sociedades de los Eskenazi puede superar los 9.000 millones de dólares, teniendo en cuenta el valor de las acciones de YPF cuando fue expropiada a Repsol.
Lo que Repsol se juega en Nueva York
Aunque la demanda de las sociedades españolas presentada en Nueva York se dirige contra Argentina e YPF, el grupo Repsol también puede verse afectado por la misma.
Por un lado, si el fondo Burford consiguiera una indemnización por el 25% de los Eskenazi en YPF mayor a la lograda por Repsol en la petrolera argentina por su 51%, el acuerdo al que llegó la multinacional española con Argentina quedará en muy mal lugar.
Se trata en todo caso de una hipótesis ante un proceso judicial que todavía no ha comenzado, con un desarrollo impredecible, y que corre el riesgo de politizarse, con Cristina Fernández de Kirchner de nuevo en el Gobierno argentino, como vicepresidenta del país.
Repsol se juega en el litigio de Nueva York los 1.500 millones de euros que prestó a los Eskenazi
Por otro lado, los Eskenazi lograron hacerse con el 25% de YPF con financiación de Repsol, que aportó a la familia argentina 1.500 millones de euros para comprar ese porcentaje, una operación que se interpretó entonces como una imposición encubierta del Gobierno argentino para asegurar la presencia de capital del país en YPF.
De esta forma, en la actualidad, Repsol sería acreedora de las sociedades de los Eskenazi, y optaría a recuperar buena parte de ese dinero en la demanda presentada en Nueva York.
Pero el fondo Burford, y también la administración concursal de sus sociedades en España, podrían alegar mala fe por parte de Repsol en la negociación con Argentina para lograr esa indemnización de 5.000 millones de dólares, al haber dejado fuera de la misma a los Eskenazi, y negar al grupo presidido por Antonio Brufau su derecho a recuperar los 1.500 millones de euros prestados a la familia argentina.
De acuerdo a fuentes conocedoras del proceso consultadas por este diario, la multinacional española habría renunciado a cualquier otra reclamación tras el acuerdo firmado con Argentina para la indemnización de 5.000 millones de dólares.
Seis años después de la presentación de la demanda en Nueva York, el grupo YPF da ya por hecho que habrá juicio. En sus últimas cuentas financieras, la compañía informó que previsiblemente dará comienzo a principios de 2022.
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