Extremadura tiene 1,14 cerdos ibéricos por cada habitante. Según el censo de la Junta, 1,2 millones de ejemplares de esta majestuosa especie campan por las dehesas de Cáceres y Bajadoz para el disfrute tanto del estómago como del bolsillo de sus habitantes. Pero en los últimos años se ha encontrado en este territorio algo más rentable que juntar a este animal con las bellotas que crecen en su tierra. Su energía solar es un 'oro' que ha captado la atención de los gigantes energéticos.
Empresas como Iberdrola, Naturgy, Repsol o Acciona, obsesionadas por abandonar el petróleo y el gas antes de 2030, han desplegado en los últimos años sus proyectos más ambiciosos de plantas fotovoltaicas en la región. "La calidad que tiene la luz solar o la extensión llana disponible sin uso para cultivo son únicas", describe Israel Gómez, socio de Energías Renovables y Project Finance del despacho GOLD Abogados. "Otros puntos clave es la agilidad burocrática de la Junta para poner en marcha estos proyectos y la facilidad de los bancos para financiar proyectos en esta región sin grandes incertidumbres políticas son factores determinantes en este 'boom' de las renovables en Extremadura", añade.
Esta receta ha disparado la producción de energía fotovoltaica en la región un 120% en el último año, de los 564 de 2018 a los 1.247 megavativos con los que se cerraron 2019. Y, tras desvelar el pasado 15 de junio el borrador Plan de Extremeño de Energía y Clima, la hoja de ruta que marcará el futuro de Extremadura en este sector hasta 2030, los extremeños se preparan para un futuro a medio plazo que les convertirá en la fábrica de energía verde de España. "Aunque jamás abandonaremos el cerdo ibérico", matiza a Vozpópuli la consejera para la Transición Ecológica y Sostenibilidad de la Junta, Olga García.
García y su equipo estiman que su plan fundamentado en la energía verde creará 79.621 empleos en los próximos 10 años. Un dato destacable si se tiene en cuenta que del 1,06 millones de habitantes de la región, sólo 495.500 personas están en edad de trabajar y un 23,5% de ellos está en el paro, frente al 13,8% de desempleo en toda España. Además, en los últimos cuatro años, la región es la quinta Comunidad Autónoma que más población pierde, entre un 0,4 y un 0,7% al año.
Tenemos una oportunidad con la energía verde, pero nuestra obligación es que se haga de una manera sostenible"
Extremadura necesita un impulso económico para retener a sus habitantes y la placas solares que están invadiendo su dehesa se presentan como candidatas. "Tenemos una oportunidad con la energía verde, pero nuestra obligación es que se haga de una manera sostenible y revisar cada proyecto que se pone en marcha", explica la consejera. "En la hoja de ruta hasta 2030 hay una previsión de ocupación de producción de energía renovable que no supera el 1% de toda la superficie extremeña", matiza.
Un 'boom' para los gigantes
Aragón, Asturias y Castilla y León han sido los principales destinos para estos proyectos hasta la fecha. Pero, los niveles de ocupación que registran sus territorios y las incertidumbres que ofrecen otras regiones como Cataluña han provocado que los inversores pongan el foco en otras regiones que han ido a una menor velocidad como son Murcia o, sobre todo, Extremadura.
"Se puede decir que los proyectos renovables en esta región están de moda. Tanto fondos extranjeros como pequeñas empresas nacionales apuestan por entrar en el territorio", asegura Israel Gómez. "Recibimos propuestas de todo tipo a menudo, sí es cierto que el 'boom' mediático ha llegado cuando los gigantes del sector han desplegado sus proyectos", apunta la representante del Gobierno extremeño.
El pasado mes de abril, en pleno estado de alarma, Iberdrola puso en marcha la planta fotovoltaica más grande de Europa en Badajoz. Con una potencia instalada de 500 megavatios, y una inversión cercana a los 300 millones de euros, este 'monstruo' de 1.000 hectáreas abarca los municipios de Usagre, Hinojosa del Valle y Bienvenida. Para su construcción se necesitó a 1.200 trabajadores, de los que un 70% eran extremeños.
"Iberdrola ha puesto a Extremadura en el centro de su estrategia renovable en España, donde prevé la instalación de más de 2.000 MW fotovoltaicos a 2022", explican desde la compañía. La energética prevé iniciar en breve la construcción de Campo Arañuelo (Arañuelo I, II y III), de 150 MW de potencia. Su desarrollo generará hasta 200 empleos en su construcción y tendrá "una alta implicación local", aseguran.
Este mismo lunes, Acciona ha inaugurado en el embalse de Sierra Brava, en término municipal de Zorita (Cáceres), la primera planta solar fotovoltaica flotante conectada a la red eléctrica de España. Mientras, Repsol comenzó en el mes de julio a construir su mayor parque fotovoltaico, Valdesolar, en el municipio de Valdecaballeros (Badajoz). Esta instalación tendrá una potencia total instalada de 264 megavatios y, con una inversión de 200 millones de euros.
Por su parte, Naturgy arrancó en el mes de junio un proyecto de 522 hectáreas en las localidades cacereñas de Aldeacentenera y Torrecillas de la Tiesa para instalar 300 megavatios (MW), con una inversión por encima de los 150 millones de euros. Una planta que está a unos cincuenta kilómetros por carretera de la Central Nuclear de Almaraz.
Una cercanía entre la planta que prepara Naturgy y la histórica central nuclear evidencia el pasado y el futuro energético tanto de Extremadura como de España. Mientras que la central lucha por seguir encendida hasta 2028, el proyecto fotovoltaico promete formar parte de una senda verde que, si todo sale como prevén en el Gobierno extremeño, inyectará 1.848 millones de euros en los hogares extremeños en los próximos 10 años.
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