Economía

Cada día desaparecen más de 4.000 empresas, se destruyen 21.000 empleos y hay 12.000 parados más

Los 48 primeros días transcurridos desde el inicio del estado de alarma dejan un horrible balance y también muchas dudas sobre posibles secuelas por el actual modelo de crecimiento económico

Los casi 4,5 millones de asalariados inmersos en ERTEs están evitando de momento una estadística laboral que podría ser insalvable. Aún así, según los datos de abril facilitados por el ministerio de Trabajo, los 48 primeros días transcurridos desde el inicio del estado de alarma dejan un horrible balance y también muchas dudas sobre posibles secuelas por el actual modelo de crecimiento económico mientras que la clase política sigue sin aclarar en qué va a consistir el Plan de Reestructuración.

En estas cifras de caída en vertical del empleo y de la contratación, y de subida del paro, llama la atención el descenso del número de empresas con Código de Cuenta de Cotización a la Seguridad Social. Sólo en marzo respecto al mes anterior, últimos datos disponibles, desaparecieron 121.827 empresas (casi el 10%% del total) hasta 1.367.906, la cifra más bajas desde que hay series históricas (a mediados de 2019 se había conseguido un techo de más de 1,5 millones). Dos de cada tres tenían menos de cinco trabajadores.

Pero también es significativo el descenso del 8% de las empresas censadas de entre 6 a 50 trabajadores (26.347 menos), así como la reducción de casi el 8% (1.158 menos) de sociedades con plantillas de entre 51 y 100 empleados. También llama la atención la volatilización de 636 empresas con nóminas de entre 101 a 500 trabajadores y el cierre de 44 empresas con más de 500 trabajadores (España sólo tiene 2.317). Todo esto sucedió antes de que el Gobierno decretase el cese de actividad de las empresas de servicios no esenciales y la prohibición de despedir por causas objetas. Se trata, por tanto, de la primera andanada de cierres a pesar de las ayudas crediticias, moratorias de cuotas sociales o, por ejemplo, del uso de ERTEs.

Aunque el Gobierno ha modificado ahora la interpretación de la estadística oficial de empleo, dando más importancia a la afiliación a fin de mes porque salen menos puestos destruidos que la media mensual (que lleva teniéndose en cuenta desde que hay series y que según el Ministerio de Trabajo es más estable ya que refleja mejor cómo ha sido la afiliación en el conjunto del mes), el parte de guerra del virus en el tejido productivo es terrorífico. Los datos desde el 13 de marzo al 30 de abril confirman que se han destruido 982.053 puestos de trabajo (833.979 en la segunda quincena de marzo y 49.074 durante abril) si se tiene en cuenta la afiliación diaria y a fin de mes de la Seguridad Social. Y llega a 780.077 la caída si se considera la afiliación media en ambos periodos (231.984 en las dos últimas semanas de marzo y 548.093 durante abril).

En términos desestacionalizados, que nos permite valorar la tendencia, hay 1.106.854 empleos menos entre ambos meses. La traducción de todo esto es la siguiente: se han destruido casi 25.000 puestos diarios durante la situación de alarma (más de 16.000 diarios si el cálculo se hace con afiliación media) y casi 19.000 más si se desestacionalizan las cifras. En todo caso, estas salidas del mercado laboral se han producido a pesar de la prohibición del Gobierno de no despedir. Lo que hizo realmente fue encarecer en 13 días el despido económico y favorecer el improcedente, que no supone mucho esfuerzo como consecuencia de los bajos sueldos existentes. Así, desde el 30 de marzo, primer día de la puesta en marcha de esta prohibición, al 30 de abril, se ha producido 226.548 empleos menos netos (257.042 bajas y sólo 30.494 altas laborales). Es decir, ha seguido el despido a una media de más de 7.000 diarios.

De los 20 días hábiles de abril, 15 registraron más altas que bajas laborales. El mejor día fue, como es habitual, el primero de mes y, el peor, fue del último con casi 134.000 bajas de golpe hasta situar el número de total de afiliados en 18.396.362 (18.458.667 medios). En todo caso, estas cifras se encuentran lejos de la dureza de marzo ya que, por ejemplo, el día 16 (lunes) se produjeron 310.703 bajas de golpe.

El batacazo del sector servicios

Sin embargo, la destrucción de empleo en este periodo de alarma ha sido más importante en abril que en marzo en actividades relacionadas con el sector servicios. Por ejemplo, la hostelería perdió 76.902 puestos en abril en el régimen general frente a los 60.227 en marzo (es decir, ha perdido más de 137.000 en dos meses, más del 11% de su empleo total). La construcción perdió 39.818 en marzo y ha llegado a otros 89.864 en abril (129.000 menos en total, el 15% de los trabajadores). Por su parre, de las actividades administrativas han salido casi 114.000 en ambos meses (74.000 sólo en abril); y la industria manufacturera ha alcanzado una pérdida de más de 75.000 en el periodo (56.000 sólo en abril).

En cuanto al paro, que sólo se mide con datos a fin de mes, el estado de alarma ha generado 582.299 desempleados, es decir, más de 12.100 en cada uno de estos 48 días transcurridos. De ellos, 299.408 corresponden a las cifras de marzo tras el confinamiento y 282.891 a todo el mes de abril (en el mismo mes de hace un año el paro bajaba en casi 92.000 personas). En todo caso, en abril aparecieron 352.996 nuevos parados, pero unos 70.000 decayeron, se supone que por encontrar trabajo o por retirar la demanda. El desempleo ha crecido en 43 días en este periodo.

El registro más alto de desempleados fue el 24 de marzo (casi 58.000) y el 8 de abril (casi 39.000). Durante los días en que el Gobierno tuvo en activo el cierre de la actividad de las empresas no esenciales es cuando se registró el grueso del aumento del paro (unas 218.000 netas). Los cinco días en que bajó el paro hay que buscarlos en abril, y se produjeron en martes, es decir, cuando el Sepe tiene constancia de las contrataciones que detecta la Seguridad Social los lunes. Llamativo es también que el último día de abril el paro bajó en 8.552 personas frente a los 15.270 de aumento en el último día de marzo.

En todo caso, la cifra total de desempleados ha vuelto a cotas de hace cuatro años (3,8 millones). Y en términos desestacionalizados, el paro creció entre estos dos meses en 681.246 personas (11.000 diarias).

Todas estas cifras son consecuencia de un grave deterioro de las contrataciones. Sólo se realizaron en abril 673.149, es decir, casi 1,1 millones menos que en el mismo mes de 2019 y casi 600.000 menos que en marzo pasado. Sólo 59.042 fueron contratos indefinidos (unas 22.000 a jornada a tiempo parcial) con un descenso anual de 116.000 (67%) y mensual de más de 86.000 (60%). Además, de todos ellos, el 60% fueron iniciales, es decir, el 40% se debe a conversiones de contratos temporales cuyo plazo vencía. Y casi 615.000 contrataciones fueron temporales con un descenso de casi un millón respecto al mismo mes del año pasado y de medio millón sobre marzo. 

El mercado laboral está inerme, a la espera del adelanto de la 'desescalada' iniciada en mayo, en estos dos meses de covid-19 se ha producido un descenso de casi 1,6 millones de contratos totales (56%), con una caída de más de 150.000 indefinidos (58%) y 1,4 millones de eventuales (55%). Todo esto sucede exclusivamente en el sector privado. Mientras, la clase política todavía manifiesta su distancia y nada se sabe del Pacto de Reestructuración económica y social.

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