Antes de arreglar su sucesión, Isidro Fainé tiene delante el reto de apagar los fuegos que rodean a La Caixa. El nombramiento de Ángel Simón como consejero delegado de CriteriaCaixa, hay que entenderlo en ese contexto de amenazas y no en clave sucesoria. Por mucho que el ascenso del 'delfín' aliente las apuestas sobre quién debe ocupar en el futuro el trono del banquero manresano.
El ascenso de Simón a CEO implica la destitución de Marcelino Armenter. Los dos directivos tienen perfiles muy distintos. Precisamente por eso, el relevo tendrá un impacto directo en la estrategia de CriteriaCaixa, el holding que controla las participaciones empresariales de la casa. El grupo catalán afronta meses complejos, por problemas arrastrados del pasado y por los nuevos que se avecinan.
En las Torres Negras de la Diagonal llevaba tiempo larvándose el descontento con la gestión de Armenter. "Criteria estaba bastante paralizada y es un gran buque empresarial", confiesan fuentes cercanas a la entidad. "Además, la relación de Armenter con algunas empresas participadas se había deteriorado". Un ejemplo reciente es el incendio que se propagó en Naturgy, con la operación fallida de nombrar CEO a Ignacio Gutiérrez-Orrantia.
Fainé asumió hace semanas que el desgaste de Marcelino Armenter era negativo para La Caixa, por el complejo panorama que se avecina. Hay dos frentes abiertos. El primero es puramente empresarial y tiene que ver con sus dos principales participaciones en el Ibex.
En los próximos meses, Telefónica sufrirá un terremoto accionarial, con la entrada en el capital del Estado -a través de la SEPI- y del fondo soberano saudí -vía STC-. El pulso salpicará de una u otra manera al grupo catalán, ya que controla el 5% de las acciones.
También hay indicios de seísmo en Naturgy, después de que el todopoderoso BlackRock anunciara la compra de GIP. Este fondo posee el 20% de los títulos de la empresa presidida por Francisco Reynés. El desembarco del transatlántico que lidera Larry Fink revolverá las aguas en el accionariado. Sobre la operación sobrevuela la amenaza del Gobierno, dispuesto a poner barreras. Para colmo, el fondo australiano IFM confesó hace días que su participación ya ha superado el 15%. Criteria Caixa quedará expuesta al fuego cruzado, con su 26% del capital.
El otro frente que preocupa, y mucho, a Fainé es el político. El veterano banquero es consciente de la presión a la que estará sometida La Caixa en los próximos meses, por el pacto entre Gobierno y sus socios soberanistas para propiciar el regreso de las empresas fugadas de Cataluña. Esos mismos partidos -Junts y ERC- han realizado los primeros movimientos para intentar que la supervisión de la Fundación La Caixa sea traspasada a la Generalitat.
Ante la proliferación de problemas, Fainé asumió que la entidad necesitaba un cambio. Y decidió colocar en el puesto de mando a un directivo de máxima confianza, y con solvencia probada, como Ángel Simón. "Fainé necesitaba un primer ministro y Simón encaja a la perfección en ese papel", aseguran fuentes próximas al nuevo CEO de CriteriaCaixa. Su llegada permitirá al presidente actuar más como un 'chairman' puro y le liberará de intervenir para apaciguar tensiones en las empresas participadas.
Simón atesora gran experiencia como alto directivo (lleva 13 años presidiendo Agbar). Pero suma otras virtudes que ha sabido apreciar Fainé. "Es hábil y tiene un perfil muy transveral. En el Ibex le consideran como un par, le tratan de tú a tú. Pero, además, tiene una interlocución bastante buena con la mayoría de los partidos políticos", aseguran fuentes de su entorno. El PSC es uno de ellos. Y el buen clima con la formación de Salvador Illa puede ayudar a lidiar con las pretensiones de Junts y Carles Puigdemont de poner una pica en la Fundación.
La sucesión de Fainé
"Es un gestor contrastado y está acostumbrado a negociar", añade otro directivo catalán. En efecto, gestionar y negociar serán los dos grandes cometidos de Simón durante el nuevo mandato presidencial de Fainé. El banquero de Manresa tiene otros cuatro años por delante para orquestar su sucesión. Simón tendrá gran visibiliad y tiempo para hacer méritos. Pero su elección como número dos no garantiza su futuro ascenso de "primer ministro" a 'monarca' de La Caixa.
Fuentes próximas a la entidad aseguran que Fainé tendrá que afrontar más adelante cambios en el Patronato de la Fundación; una especie de "Senado" en el 'universo Caixa', donde se sientan -entre otros- Pablo Isla, José María Álvarez Pallete, Marc Murtra o Javier Godó. La dirección la ocupa Antonio Vila, que sustituyó a Jaume Giró, quien fuera mano derecha de Fainé y acabó ascendiendo a conseller de Economía.
Los cambios en el Patronato, sin embargo, no están ahora entre las prioridades de Fainé. Tiene otro mandato por delante y un nuevo CEO que le permitirá tener tiempo extra, en lo personal, para reflexionar sobre su sucesión.
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