El largo periodo de Gobierno en funciones no sentó especialmente bien a la economía de las familias españolas, al menos en lo que a sus inversiones se refiere. En los 12 meses que transcurrieron desde el cierre del tercer trimestre de 2015 y el del mismo periodo de 2016, los activos financieros de los hogares sufrieron una depreciación cercana a los 6.000 millones de euros, de acuerdo con los datos publicados por el Banco de España. Diez de aquellos 12 meses estuvieron caracterizados por la existencia de un Gobierno en funciones y la celebración de unas segundas elecciones generales.
En el último informe sobre las cuentas financieras de la economía española, correspondiente al tercer trimestre, el Banco de España señala que el total de los activos financieros en manos de las familias al cierre de este periodo se sitúa en 1,992 billones de euros, un 1,3% por encima de lo registrado al cierre del tercer trimestre de 2015. Sin embargo, la causa que ha motivado este incremento ha sido la adquisición de activos, que alcanzó un valor neto (es decir, una diferencia positiva entre compras y ventas) de 31.800 millones de euros.
Pero el resultado hubiera sido diferente si sólo se hubiera tenido en cuenta la evolución de los activos que ya estaban en la cartera de las familias. El Banco de España señala que éstos han sufrido en esos últimos 12 meses una depreciación próxima a los 6.000 millones de euros “debida fundamentalmente al descenso de las cotizaciones bursátiles en este periodo”.
Un periodo caracterizado por la inestabilidad política y la celebración de dos procesos electorales con apenas seis meses de diferencia (a finales de diciembre y junio), algo que afectó de forma notable al comportamiento de la bolsa española, donde las familias tienen la mayoría de los ahorros que destinan a invertir en activos financieros.
Pérdidas a contracorriente
En el tramo interanual al que se refiere el Banco de España, la bolsa española tuvo un comportamiento negativo, discordante con el mostrado por las principales plazas internacionales, incluidas las de su entorno. En esos doce meses, el Ibex-35, índice de referencia del parqué español, perdió cerca de un 9%, un rendimiento que contrasta notablemente con las revalorizaciones mostradas en ese mismo periodo por bolsas como las de Francfort, que subió más de un 10%; Londres, que se revalorizó por encima del 13% (Brexit incluido); y Nueva York, cuyos principales indicadores mostraron subidas superiores al 12%. París, que fue una de las bolsas menos destacadas en Europa, se mantuvo sin apenas cambios en su índice de referencia, el CAC-40.
No fue ni mucho menos el mejor momento para algunos de los valores con mayor capitalización de la bolsa española y que forman parte de la cartera de las familias. Sin ir más lejos, las acciones de Telefónica perdieron más de un 15% entre el tercer trimestre de 2015 y el de 2016. Por su parte, Santander se dejó un 16,5% y BBVA, algo más de un 29%.
A cierre de 2015, último dato disponible, los hogares españoles poseían acciones de compañías cotizadas por un valor de 152.000 millones de euros, cerca de un 8% por debajo del registro de 2014.
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