La familia Matutes está analizando la posibilidad de llevar a los juzgados productos complejos de derivados adquiridos a Deutsche Bank que podrían ser indebidos.
Palladium Group, la cadena hotelera en la que participa el exministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes, ha puesto en manos de sus abogados la cuestión, que están evaluando las diferentes opciones, según ha publicado Bloomberg.
"Podemos confirmar que tenemos una situación parecida a la de García Carrión y que estamos en un estadio prelitigio con base en Londres", han confirmado a este diario fuentes de la compañía española.
Deutsche Bank está analizando hasta 100 operaciones complejas con compañías, muchas de ellas españolas
El caso de la cadena hotelera española, con sede en Ibiza, se sumaría así al de otras compañías europeas familiares, entre ellas numerosas españolas, que podrían haberse visto afectadas por operaciones de derivados contratados con el banco alemán.
Según publica hoy viernes Financial Times, el mayor banco alemán está analizando entre 50 y 100 operaciones de derivados con empresas que podrían ser indebidas.
La entidad ya ha prescindido de dos directivos por este asunto, y de momento ha tenido que pagar más de 10 millones de euros al grupo español García Carrión por una reclamación en este sentido. Pero el alcance del escándalo podría ser mucho mayor.
García Carrión también pleitea contra Goldman Sachs por el mismo asunto
Deutsche Bank inició el pasado año una investigación interna después de recibir quejas de clientes por la venta de productos complejos. En un principio la investigación apuntaba a "un número limitado de clientes", pero ahora el estudio de lo sucedido abarca hasta un centenar de empresas potencialmente afectadas, según el diario británico.
García-Carrión, líder en Europa en la exportación de vino, ha iniciado una ofensiva en los juzgados no solo contra Deutsche Bank, también, como ha publicado este diario, contra Goldman Sachs, por operaciones de derivados complejas.
De acuerdo a las fuentes consultadas por Financial Times, la investigación interna de Deutsche Bank ha revelado que los clientes habían sido categorizados incorrectamente bajo la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros (Mifid), una norma de la UE que exige que los bancos distingan entre los clientes por su nivel de sofisticación financiera.
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