La puesta en marcha de la primera fábrica de baterías en Francia ha llegado cinco años después de la presentación del proyecto. La gigafactoría, situada cerca de Lille, ha sido desarrollado conjuntamente con Alemania y al que se ha añadido recientemente Italia.
La planta de la compañía ACC (Automotive Cells Company), un consorcio a partes iguales entre el Grupo Stellantis, Mercedes-Benz y TotalEnergies, debe empezar a comercializar baterías en 2024. Su capacidad progresivamente aumentará hasta alcanzar 40 gigavatios a comienzos de la próxima década.
La inauguración contó con la presencia de los consejeros delegados de los tres grupos, así como de ministros de Francia, pero también de Alemania e Italia, países donde está previsto que ACC construya otras dos factorías, en Kaiserlautern y Termoli.
"Es un gran día para la industria en Francia, pero también para la industria en Europa", destacó el titular francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, que añadió que "por primera vez desde Airbus, Francia y Europa crean un nuevo sector industrial, el de las baterías eléctricas".
Le Maire recordó el nacimiento de este proyecto en 2018 a partir de las conversaciones que mantuvo con el Gobierno alemán, y que ambos países han invertido 1.300 millones de euros de dinero público (800 millones Francia y 500 millones Alemania).
El ministro italiano de las Empresas y del Made in Italy, Adolfo Urso, que intervino después del responsable alemán de Transportes, Volker Wissing, hizo a un llamamiento a la Comisión Europea para que ponga los medios para que la UE tenga una cadena de aprovisionamiento propia para la fabricación de baterías, que representan hasta el 40% del costo de un vehículo eléctrico.
Evitar dependencia de China
Urso hizo hincapié en que los europeos no pueden pasar de la dependencia de los hidrocarburos rusos a la subordinación al monopolio de las materias primas que posee China, y por ello urge tener en marcha plantas de baterías para abastecer la industria interna.
Una alusión a que el gigante asiático no sólo es el principal fabricante de baterías para vehículos eléctricos, sino que controla la extracción de los minerales imprescindibles para su fabricación y más todavía su refino.
En una primera fase, la capacidad de producción de esta gigafactoría de Douvrin, que se encuentra junto a una planta de ensamblaje de coches de Stellantis, será de 13,4 GW anuales y se triplicará en el horizonte de 2030, lo que equivaldrá a las baterías necesarias para equipar unos 500.000 vehículos
Se espera que se generen unos 2.000 nuevos empleos en esta planta de Douvrin. También en esa misma región del norte de Francia, cerca de la frontera belga, hay proyectos para levantar otras tres gigafactorías que representarán en total 10.000 empleos industriales. La industria francesa se ha fijado el objetivo de ensamblar en Francia dos millones de vehículos eléctricos anuales equipados con baterías también de fabricación interna.
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