La revisión del PIB publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este lunes, con un 1,5% más de crecimiento nominal entre 2020 y 2022, entra dentro de lo esperado. La magnitud de la revisión no ha sorprendido a los analistas. Sin embargo, su impacto en otros indicadores clave cuyo denominador está fijado en términos de PIB no es despreciable. Es el caso de la deuda pública y el déficit público, especialmente en el primero.
La consecuencia más evidente de este mayor crecimiento de la economía española entre 2021 y 2022 (y menor caída en 2020) es que el nivel de endeudamiento del país, medido en porcentaje de PIB, es menor. La ratio deuda/PIB pasa, automáticamente y con el mismo volumen de deuda pública (1,502 billones), del 113,2% al 111,6% a cierre de 2022. Es decir, 1,6 puntos menos.
Aunque en menor medida, la revisión del INE, que arroja cerca de 20.000 millones más de PIB nominal, también mejora el déficit público. Con los nuevos datos, se situó en 2022 en el 4,7%, una décima por debajo de lo anticipado (4,8%), tal y como apunta Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas.
Si se toman los actuales niveles de endeudamiento y déficit, "se estaría hablando de 1,7 puntos porcentuales del PIB menos de endeudamiento y de alrededor de 0,6 puntos del PIB menos de déficit", apunta Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. El experto cree que "la revisión no cambia el hecho de que la deuda pública terminará el año por encima del 110% del PIB y el déficit finalizará un punto porcentual del PIB por encima del 3%".
Regreso de las reglas fiscales
Esto es relevante sobre todo de cara al próximo año, cuando previsiblemente se reactivarán las reglas fiscales en la Unión Europea, retomando el objetivo de déficit del 3% del PIB y del 60% para la deuda. En este sentido, el Ministerio de Asuntos Económicos que dirige Nadia Calviño espera que el incremento del PIB nominal permita "anticipar los objetivos fiscales fijados en el Programa de Estabilidad, adelantando a 2023 la reducción por debajo del 110%".
En todo caso, España seguirá aún por encima de los límites marcados y todos los servicios de estudios y organismos económicos, nacionales e internacionales, han advertido al Gobierno de que debería tener ya un plan de ajuste fiscal para cumplir a futuro con las exigencias que impone Bruselas, que planea reforzar el sistema de sanciones.
"Es muy posible que las nuevas reglas fiscales impliquen una consolidación ambiciosa el siguiente año, sobre todo si el crecimiento se desacelera, como se prevé. Además, la revisión al alza del PIB confirma que parte del incremento en la recaudación, que se podía pensar como un cambio estructural, es en realidad consecuencia de la actividad económica. Por tanto, si se produce el debilitamiento de la economía en 2024, los ingresos públicos pueden caer más de lo que se podía haber inferido antes de esta revisión", advierte Cardoso.
José María Romero, director del área económica de Equipo Económico (Ee), también recuerda que, según datos de la Comisión Europea, el déficit público español se situaba en 2022 "muy por encima de uno de nuestros principales socios y competidores", Portugal (-0,4%). "Este último presentó incluso un superávit primario -antes del pago de intereses- del 1,6% (frente al déficit del 2,4% español), gracias fundamentalmente a unos niveles de gasto público sobre PIB del 44,8%, claramente por debajo de los de España (47,8%)", añade.
La revisión del PIB
Finalmente, Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE) también destaca la mejora que esta revisión del INE supondrá en los niveles de presión fiscal, también calculada en relación al PIB. En cuanto a la magnitud de la revisión, comenta, en línea con el resto de expertos consultados, que "es significativa" pero "el momento cíclico tan singular que hemos vivido, junto con la importante caída y recuperación que sufrió el PIB, hace que las posibles revisiones sean algo mayores de lo habitual".
De hecho, Romero apunta que "esta revisión podrá ser incluso se una mayor envergadura el año próximo (septiembre 2024), porque según la normativa europea en el contexto de Eurostat y como recoge la nota de prensa del INE, “al menos cada cinco años se deben realizar revisiones de carácter extraordinario de las series completas de resultados que garanticen la actualización de fuentes estadísticas y métodos estimación, así como la alineación de estos con las recomendaciones emanadas de los foros internacionales relevantes”.
La posible revisión había generado expectación entre los analistas después de que algunos economistas próximos al Gobierno hubieran apuntado a una fuerte revisión de hasta ocho puntos. El INE está en el foco desde que los ataques por parte de Calviño y otros ministros económicos acabaron con la destitución del anterior presidente del Instituto, Juan Manuel Rodríguez Poo. El Gobierno planteó dudas durante meses sobre los datos de PIB que publicó el INE bajo su mandato.
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