FCC ha completado el proceso para dejar a su filial de medioambiente lista para salir al mercado en busca de financiación. El grupo presidido por Esther Alcocer Koplowitz ha rematado en los últimos días el traspaso de sus activos en esta actividad, la mayoría de los cuales estaban integrados en la matriz, a su división FCC Medio Ambiente, que pasa a ser una sociedad más independiente y, sobre todo, dotada del contenido necesario para asomarse por sí sola a los mercados de capitales.
Esta fue la intención última de Carlos Slim, accionista mayoritario de FCC, cuando puso en marcha el proceso, mandatado en la última junta de accionistas celebrada por la compañía. El objetivo marcado era completar la transición en el menor tiempo posible, pese a su complejidad, para que estuviera completa poco después del verano. Una meta que se ha cumplido.
Al contrario de lo que sucedía hasta ahora con FCC Medio Ambiente, Aqualia ya era por entonces una empresa con un alto grado de independencia respecto de su matriz
La estrategia del magnate mexicano pasa por replicar en FCC Medio Ambiente el modelo de Aqualia, la filial de ciclo integral del agua, que fue protagonista de la última operación de financiación del grupo. Para acometer la reestructuración de su deuda, FCC decidió que fuera Aqualia la que acudiera al mercado con dos emisiones de bonos, que sumaron 1.350 millones de euros y que se cerraron con éxito en 2017.
Al contrario de lo que sucedía hasta ahora con FCC Medio Ambiente, Aqualia ya era por entonces una empresa con un alto grado de independencia respecto de su matriz y con activos en su balance, lo que le permitió llevar a cabo las emisiones sin ningún problema. Para repetir la jugada, FCC ha tenido que realizar esta transición previa, que ha supuesto el traspaso a la filial de medioambiente de los activos, principalmente los numerosos contratos de recogida de residuos adjudicados a la compañía, así como de los trabajadores empleados en estas tareas.
El modelo de Aqualia
A falta de los últimos ajustes, la transición está completada por lo que el siguiente paso sería estudiar la estrategia más adecuada para que FCC Medio Ambiente acuda al mercado en busca de financiación. La opción más probable es la emisión de deuda, como sucedió con Aqualia. En función del resultado de la misma, no se descarta incluso que, en una segunda fase, FCC también procediera a vender una parte de la filial, manteniendo una participación mayoritaria, con lo que calcaría el modelo de su división de agua.
El negocio de medioambiente es el que realiza una mayor aportación a los resultados de FCC. Al cierre del primer semestre de 2019, registró ingresos de 1.461 millones de euros, cerca del 49% del total obtenido por la compañía. En similares proporciones se mueve el peso de esta área en el resultado bruto de explotación (Ebitda) de FCC, al que aportó 225,4 millones de euros durante los seis primeros meses del año.
El negocio de medioambiente de FCC se centra en España (cerca del 58% de los ingresos se genera en el mercado interno) y en Reino Unido
Casi un 80% de su actividad se centra en la prestación de servicios de recogida y tratamiento de residuos urbanos así como la limpieza de vías públicas. El resto está relacionado con los servicios de recogida y gestión de residuos industriales así como otro tipo de actividades, como la conservación de zonas verdes o alcantarillado.
El negocio de medioambiente de FCC se centra en España (cerca del 58% de los ingresos se genera en el mercado interno) y en Reino Unido, con una presencia más reducida en Europa Central (principalmente Austria y República Checa) y EEUU.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación