La orden partió hace escasos días del despacho de Alberto Núñez Feijóo: el PP debe recuperar la influencia perdida en las instituciones económicas del Estado. Y la primera pieza de caza mayor es el Banco de España. Tras varios meses de aparente inacción, el líder de los populares ha encomendado a su secretaria general, Cuca Gamarra, la misión de negociar los nombramientos del gobernador y el subgobernador.
Feijóo decidió pisar el acelerador cuando constató que estaba maduro el pacto sobre el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Tender un primer puente -el más difícil- debía facilitar la extensión de los siguientes. Las negociaciones sobre los organismos económicos no comenzaron hasta que no estuvo totalmente zanjado el acuerdo sobre el CGPJ. Pese a que Moncloa ha propagado la idea de que los asuntos judicial y económico van en el mismo 'pack', Génova puso como condición desde el principio separar las dos mesas de diálogo.
Feijóo encargó el desbloqueo del CGPJ a Esteban González Pons, eurodiputado y vicesecretario general del PP. Y a Gamarra le ha recaído la tarea de influir en los nombramientos económicos pendientes. Al margen del Banco de España, hay que renovar la presidencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y desginar a cinco consejeros de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Además, queda pendiente la constitución de la nueva Comisión Nacional de la Energía, que requerirá un presidente con sus respectivos consejeros. Y otro asunto tan espinoso como la renovación del consejo de RTVE.
Ya se han producido los primeros contactos. Enfrente de la mesa, en el 'lado socialista', Gamarra tiene a Félix Bolaños. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes ya selló el pacto sobre el CGPJ con González Pons, y vuelve a repetir en una negociación que ha arrancado con el Banco de España como punto prioritario. Además de ser las institución más importante de todas las que están en juego, hay una cuestión evidente de plazos. El Banco de España lleva 18 días con una gobernadora en funciones (Margarita Delgado), tras expirar el mandato de Pablo Hernández de Cos. Y el próximo 10 de septiembre sucederá lo mismo con el puesto de subgobernadora de la propia Delgado.
Ese vacío de poder ha generado cierto estupor en el seno del Banco Central Europeo. La fecha de caducidad de ambos mandatos se sabía desde el momento justo en que fueron aprobados (hace seis años). Y candidatos para ocuparlos no faltan en la actualidad. De ahí la extrañeza palpable en la institución que preside Christine Lagarde, con el español Luis de Guindos como mano derecha. El Gobierno español no se ha dirigido al BCE en ningún momento para dar explicaciones sobre el retraso. A estas alturas, en Fráncfort no hay pista alguna sobre la identidad de los nuevos gobernador y subgobernadora.
Candidatos al Banco de España
De las quinielas de candidatos han ido entrando y saliendo nombres. El último en saltar a la palestra es el de Paula Conthe, secretaria general del Tesoro. Junto a ella se han barajado candidatos más políticos, como José Luis Escrivá, y otros menos 'marcados', aunque próximos al PSOE, como Fernando Restoy o José Manuel Campa. Sobre la mesa hay otro perfil muy similar al de Conthe, por el buen currículum y porque ya ocupa un algo cargo designado por el Gobierno: la vicepresidenta de la CNMV, Monserrat Martínez.
Dado que el gobernador será decidido directamente por Pedro Sánchez, a Cuca Gamarra le queda el reto de pactar el puesto de subgobernador. Es la única manera que tiene el PP de recuperar la influencia que se ha ido dejando por el camino, con episodios tan bochornosos como el acaecido en febrero de 2023. El candidato elegido por los populares (Antonio Cabrales) tuvo que dimitir pocas horas después de su nombramiento, al conocerse sus vínculos con el indepententismo catalán.
Aquel caso puso en evidencia la falta de controles en el 'casting' que hizo Génova. El PP acabó designando a Fernando Fernández. El economista es el único representante designado por los populares en el consejo del Banco de España, lo que da muestra del desequilibrio de poderes vigente. La misión de Gamarra es vital, además, para blindar la independencia de la institución, que se convirtió, durante el mandato de De Cos, en un agente 'incómodo' para Sánchez, por decir en público demasiades 'verdades' económicas.
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