El consejero delegado de OHLA, José Antonio Fernández Gallar, ha dejado su cargo alegando "motivos personales", de forma que las tareas ejecutivas serán asumidas por los hermanos mexicanos Amodio, Luis de presidente y Mauricio de vicepresidente.
Así lo ha anunciado la compañía en el arranque de su última junta de accionistas, pese a que la reelección de Fernández Gallar era uno de los puntos del orden del día que la empresa iba a someter a votación de los accionistas.
No obstante, desde la última reunión del consejo de administración a finales de mayo, en la que se propuso el orden del día de la junta, el consejero delegado (CEO), que ya ha cumplido 65 años, ha decidido finalmente dejar la empresa y no ser reelegido.
Fuentes de la compañía aseguran a Europa Press que si bien la aceptación de Luis y Mauricio Amodio de las tareas ejecutivas se mantendrá en el tiempo, la intención es buscar un nuevo consejero delegado.
Esta reestructuración también implica que Tomás Ruiz asuma la dirección general, posición desde la que cubrirá la gestión del día a día de la compañía. Igualmente, se ha nombrado a Francisco García consejero coordinador y vicepresidente segundo.
Tras ejecutar todas las desinversiones previstas, su deuda pasará al entorno de los 300 millones, frente a los 423 actuales o los 666 de 2018.
La empresa ha precisado que la renuncia de Fernández Gallar será efectiva desde el término de la junta de accionistas, al mismo tiempo que señala que tanto Luis como Mauricio Amodio "acumulan una muy relevante trayectoria en el sector de las infraestructuras que se traduce en casi cinco décadas de experiencia".
Balance de Fernández Gallar en OHLA
Fernández Gallar asumió su cargo de consejero delegado en junio de 2018, procedente de Inmobiliaria Espacio, la inmobiliaria de Grupo Villar Mir. En estos cinco años, la empresa ha reducido en un 37% su deuda bruta, las ventas se han impulsado un 12%, el Ebitda ha pasado del terreno negativo (-500 millones) al positivo (114 millones en 2022), la cartera se ha impulsado un 15% y la contratación de proyectos en un 60%.
La compañía defiende que la salida del consejero delegado no afectará al normal funcionamiento de la empresa, por lo que continuará su proceso de transformación, poniendo el foco en la mejora de los márgenes operativos, la rentabilidad y la reducción del endeudamiento.
Respecto a este último punto, la compañía prosigue con la venta de su área de servicios, de un hospital de Canadá y del Centro Canalejas de Madrid. Fuentes de OHLA aseguran que para su área de servicios ya ha recibido una oferta no vinculante, que está ahora en proceso de diligencia. Tras ejecutar todas estas desinversiones, su deuda pasará al entorno de los 300 millones, frente a los 423 millones actuales o los 666 de 2018.
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