El cheque de 200 euros se presentó hace ya casi un año como la 'gran' ayuda directa a los hogares ante la actual crisis inflacionista y ahora se constata su fracaso. Se han quedado sin gastar 1.020 millones de euros de los 1.740 millones que el Ministerio de Hacienda había previsto repartir entre la primera y la segunda tanda. Dicho de otra manera, el 60% del dinero no ha llegado a los potenciales beneficiarios.
El Gobierno anunció esta medida por primera vez en junio de 2022. Pretendía repartir 540 millones de euros entre 2,7 millones de hogares. Sin embargo, apenas llegaron 120 millones a 600.000 de familias, un 22% de lo previsto. Tras ese primer fiasco, y siendo conscientes de que estos cheques son la medida más recomendada por organismos como el Banco de España (BdE) para apoyar a los hogares más vulnerables, el Ejecutivo volvió a plantear la ayuda de cara al 2023.
Lo hizo aumentando el presupuesto (1.200 millones) y cambiando algunas condiciones (elevando el umbral de ingresos máximos de 14.000 a 27.000 millones y poniendo como 'tope' un patrimonio de 75.000 euros sin contar con la residencia habitual). Ahora se constata un nuevo fracaso: apenas se han gastado 600 millones, es decir, que ha llegado a la mitad de los beneficiarios previstos (4,2 millones de hogares).
Así lo refleja la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en el informe publicado este jueves sobre la actualización del Programa de Estabilidad 2023-2026 que el Gobierno presentó a Bruselas a finales de abril. La única medida 'anti-inflación' sobre la que ha modificado el impacto previsto es ésta.
"Se tiene en consideración el impacto para 2023 de la línea de ayudas directas a personas de bajo nivel de ingresos, cuyo impacto anterior estimado por AIReF se reduce a la mitad respecto al incluido en el anterior informe, hasta 600 millones de euros, tras las últimas informaciones relativas al menor nivel de solicitudes del esperado durante su periodo de vigencia", reza el documento.
Los 'problemas' de la ayuda directa
El Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) ya alertó en diciembre del pasado año, cuando el Gobierno aprobó la segunda 'ronda' del cheque de 200 euros, que el requisito de solicitar el cheque de 200 euros por el alza de los precios de los alimentos aprobado por el Gobierno para hogares con rentas inferiores a 27.000 euros anuales restaría el número de potenciales beneficiarios.
Ponían ejemplos en los que las condiciones marcadas dejarían fuera a potenciales beneficiarios: dos cónyuges con un salario de 13.000 euros cada uno y solo con su vivienda habitual de patrimonio podrían acceder a esta ayuda; pero si uno gana 13.000 euros y el otro 15.000, ninguno tiene derecho al cheque porque se excede el límite de 27.000 euros.
Además, como han hecho también otros expertos y economistas, Gestha propuso al Gobierno realizar directamente una transferencia a las cuentas bancarias de los beneficiarios que reúnen las condiciones, aunque no presentaran la solicitud. Y es que, en opinión de Gestha, la necesidad de solicitar la ayuda también limita su alcance: muchas personas no lo conocen o no se informan, mientras que otras posponen la solicitud y finalmente se olvidan.
En este sentido, los técnicos de Hacienda recordaban las experiencias previas como el "abultado número de personas" que no solicitaron el Ingreso Mínimo Vital, el cheque cultural de los jóvenes que cumplían los 18 años o, sin ir más lejos, el primer cheque de 200 euros del segundo paquete anticrisis.
A aquellos que sí lo solicitaron y cumplían los requisitos, unos 2,1 millones de hogares, según las previsiones de AIReF, la Agencia Tributaria aún les estarían abonando la ayuda, que se podía solicitar hasta el pasado 31 de marzo. Puesto que el plazo indicado para abonarla era de tres meses contados a partir de la fecha de finalización del plazo para la solicitud, Hacienda realizará pagos hasta el 30 de junio de 2023.
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