Economía

Fiat busca ahora fusionarse con PSA y crear un gigante de 50.000 millones de dólares

En la empresa resultante compartirían el cargo de consejero delegado el actual ejecutivo de Peugeot, Carlos Tavares, y el presidente de Fiat, John Elkann

El Grupo Fiat Chsysler quiere asociarse con algún gran fabricante desde hace tiempo, en gran parte buscando un socio que le aporte tecnología eléctrica en sus diferentes formatos para ajustar sus niveles de emisiones a la baja ante la amenaza de multas millonarias de la Unión Europea entre quienes no cumplan los objetivos marcados.

Tras el fallido intento meses atrás con la Alianza Nissan Renault, su próximo objetivo es una fusión con el Grupo PSA, unos contactos que ha confirmado la propia compañía automovilística italo-estadounidense y que darían lugar a crear uno de los más grandes consorcios del sector. En una nota, FCA añadió que "no tiene nada más que agregar" después de las noticias adelantas este martes por el diario The Wall Street Journal, que anticipó los contactos para crear un gigante del sector valorado en 50.000 millones de dólares.

No en vano, en el ejercicio 2018 PSA alcanzó una facturación de 74.000 millones de euros y FCA de 110.000 millones. En el mercado de valores, el grupo francés capitaliza 22.000 millones de euros y Fiat 18.000 millones. Las dos empresas automovilísticas venden 8,7 millones de automóviles en todo el mundo. Un número que colocaría al nuevo grupo en el cuarto lugar después de Volkswagen, que vende 10,8 millones de unidades, al igual que Nissan-Mitsubishi y Toyota, 10,6 millones. FCA aumentaría además su negocio en Europa gracias a los 2,5 millones de vehículos vendidos por Peugeot que se sumarían al millón de Fiat Chrysler. La fusión de los dos grupos reuniría a las marcas Alfa Romeo, Chrysler, Citroen, Dodge, DS, Jeep, Lancia, Maserati, Opel, Peugeot y Vauxhall bajo un mismo paraguas.

El diario, que citaba fuentes conocedoras del asunto, explica que las firmas están barajando hacer una fusión entre iguales y que en la empresa resultante compartirían el cargo de consejero delegado el actual ejecutivo de Peugeot, Carlos Tavares, y el presidente de Fiat, John Elkann. Fiat, a la que Peugeot ya se había acercado previamente con una propuesta de fusión, retiró hace unos meses una oferta para combinarse con la rival de esta, Renault, debido a la falta de apoyo del Gobierno francés y de su socio Nissan.

Tras confirmarse este acercamiento, las acciones de Fiat Chrysler (FCA) se dispararon en la Bolsa de Milán y poco después de la apertura subieron más del 9%. También lo hicieron las acciones de Peugeot Citroen, que subieron en la Bolsa de París un 5,9%.

El pasado mes de mayo, FCA y Renault dieron a conocer que estaban en conversaciones para unirse como iguales, operación que habría supuesto sinergias de más de 5.000 millones de euros anuales, pero el grupo ítalo-estadounidense acabó abandonando la iniciativa, porque no se daban las condiciones políticas en Francia para que fuera un éxito. Renault, cuyo mayor accionista es el Estado francés con el 15% de los títulos, controla el 43% de Nissan, mientras que el grupo nipón tiene un 15% en el accionariado del francés, sin derecho de voto, y controla el 34% de Mitsubishi. El Gobierno francés supeditó su visto bueno a la operación a una serie de condiciones, entre ellas el "apoyo explícito de Nissan", que no se dio.

Reacciones al posible acuerdo

Las reacciones a esta posible fusión italo-francesa no se han hecho esperar y unas de las primeras llegan desde los principales sindicatos de Italia, que esperan que de llevarse a cabo se respeten los puestos de trabajo actuales. "Las prioridad tiene que ser impulsar el desarrollo y la producción en Italia y proteger el empleo", señala en un comunicado Michele De Palma, secretario nacional de la federación que representa a los Empleados Metalúrgicos dentro del mayor sindicato del país, Fiom-CGIL.

De Palma recordó el reciente fracaso en las conversaciones entre FCA y Renault para una operación similar y pidió al Gobierno italiano que siga de cerca las negociaciones para proteger los intereses nacionales en un momento de "gran transformación en el sector del automóvil". "Cualquier hipótesis de acuerdo, fusión o colaboración conjunta debe comenzar con el respeto de la plena ocupación y la producción en plantas italianas", concluyó.

Francia, por su parte, ha asegurado que el Estado vigilará especialmente la preservación de la implantación industrial, la gobernanza del grupo resultante, la preservación de los intereses patrimoniales del Banco Público de Inversión (BPI) y el mantenimiento del compromiso para la creación de una red industrial europea de baterías. El Estado francés, que posee a través del BPI un 12% del accionariado del grupo, considera que estas conversaciones consagran la recuperación de PSA con "el apoyo del Estado y del BPI".

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