Florentino Pérez cerró en la pasada Nochevieja la venta al grupo francés Vinci de la división industrial de ACS. El presidente del Real Madrid se deshacía entonces del negocio más rentable de su grupo constructor por 4.902 millones de euros. Una cifra que iba destinada a ‘tapar agujeros’ y ampliar su cartera de concesiones de autopistas, como el negocio que impulsará el futuro de la compañía. Una ambición que avivó, de nuevo, el eterno sueño italiano de Florentino Pérez y su choque histórico con el imperio de la familia Benetton.
Pérez anunció en abril que tenía un acuerdo con dos de los grandes fondos internacionales de inversión, GIP y Brookfield, para lanzarse a por la mayoría del negocio de concesiones de autopistas de Atlantia. Un deseo que no es nuevo. Como recuerdan los conocedores de esta muestra de interés, el presidente de ACS sacaba entonces del cajón una operación que tiene 16 años de antigüedad y que Los Benetton pretenden volver a estropear.
Las autopistas italianas estuvieron cerca de tener control español en 2006. Con Florentino Pérez como uno de los grandes protagonistas. Abertis era entonces la gran concesionaria catalana bajo el control de La Caixa. Isidro Fainé en la presidencia, Salvador Alemany de consejero delegado y Florentino Pérez como primer accionista del grupo forjaron una alianza con los Benetton para fusionar Abertis con la compañía que antes de Atlantia se denominaba Autostrade.
El Gobierno italiano, con Romano Prodi al frente, y la fuerza de los sindicatos italianos imposibilitaron aquella operación. Florentino Pérez y La Caixa sienten, casi dos décadas después, que los Benetton rompieron su lealtad cuando la operación se convirtió en una cuestión de Estado para Italia. ACS era por entonces dueño del 24,8% de Abertis. En 2012, el histórico presidente del Real Madrid decidió salir de la concesionaria cuando Iberdrola se convirtió en su otra gran preocupación.
Los Benetton, Atlantia, Florentino Pérez y Abertis volvieron a unir sus vidas años después. Atlantia, ya con los Benetton con los únicos grandes dueños, devolvieron el envite en 2016 con una opa por el 100% de Abertis. Un asunto que ahora no gustaba al Gobierno español que presidía Mariano Rajoy, porque implicaba dar el control de filiales estratégicas como Cellnex e Hispasat. Aquel fue el principal motivo por el que ACS entró en escena como ‘caballero blanco’ de esa opa hostil. Finalmente, Atlantia y ACS presentaron una oferta conjunta dos años después de 18.000 millones para repartirse a partes iguales la concesionaria.
Una relación empresarial entre Florentino Pérez y los Benetton que ha pasado por muchos altibajos en estos cerca de cinco años. En 2021, ya con el apretón de manos con Vinci para vender su negocio industrial, ACS volvió a intentar conquistar Italia y comer terreno de Atlantia. La constructora española declaró al mercado su interés para comprar su filial ASPI, la mayor operadora de autopistas de pago de Italia, por cerca de 10.000 millones. Su propuesta no prosperó de nuevo y su oferta se quedo en una simple "muestra de interés". Cassa Depositi e Prestiti (CDP), Macquarie y Blackstone, ahora aliado de los Benetton, fueron los que se ganaron la pujo por 9.000 millones.
Los conocedores de la operación hablan de un papel clave del Gobierno italiano para torpedear el nuevo intento de desembarco de Florentino Pérez en las autopistas italianas. Y que se vuelve a repetir en su asalto en Atlantia. El último intento de Florentino Pérez, a través de una sólida alianza con GIP y Brookfield, parecía que, ahora sí, le iba a permitir cumplir su sueño italiano. Empresarios y competidores en el sector de infraestructuras español eran positivos con este nuevo asalto. "Es una gran operación que convertiría a ACS en una gran referencia europea en el negocio de las autopistas", apuntaba a Vozpópuli un alto directivo del sector.
Un 'enemigo' histórico para Florentino
El problema es que los Benetton ya van con ventaja en esta nueva batalla. Edizione, el holding de la familia Benetton, anunció públicamente que lanzaba una oferta conjunta con Blackstone de 12.700 millones para todas las acciones que no tiene de Atlantia. Una propuesta que se lanzaba diez días después de que ACS desvelase su alianza con los dos fondos internacionales para hacer cuentas para hacerse con los activos de la compañía.
La familia italiana ya ha desvelado a los accionistas que su intención es excluir a Atlantia de su cotización en Euronext Milán tras su oferta y convertir a la empresa italiana en uno de los gran operadores de infraestructuras de Europa. La empresa se repartirá con un 65% para Sintonia (Edizione) y BIP Hogan (Blackstone) se mantendrá con el 35% restante. El mercado no espera una 'guerra de opas' entra la alianza que lidera ACS con esta iniciativa de los Benetton.
Las autorizaciones de los organismos reguladores se esperan que estén aprobadas antes de agosto y el cierre de la operación se producirá en octubre. Florentino Pérez no quiso analizar la operación en la junta de accionistas del pasado viernes y dejó caer que en las próximas semanas anunciará nuevas operaciones en Estados Unidos. Un hecho indicativo de que su eterno sueño italiano no se ha cumplido de nuevo.
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