Florentino Pérez quiere fichar a Kylian Mbappé para que ocupe el hueco que dejó Cristiano Ronaldo en el Real Madrid. Con ACS está condenado a realizar una operación similar. El cierre de la venta de la mayor parte de su división industrial en el último día de 2021 a Vinci, tal y como adelantó Vozpópuli, genera de manera inmediata un ingreso de cerca de 5.000 millones en sus cuentas pero le deja sin 300 millones de beneficio anuales. Y se ha lanzado al mercado para solucionarlo.
El presidente de ACS quiere utilizar los 2.900 millones que ha declarado de plusvalía de la operación para engordar su cartera de concesiones a nivel mundial. Según explican fuentes financieras, el constructor considera que esta vía es la que tiene mayor capacidad de compensar la salida de un negocio que generó la mitad de su beneficio en 2020. Florentino Pérez no pierde de vista las oportunidades que surjan en Europa, pero en estos momentos su radar está más activo en uno de sus mercados fetiche: Estados Unidos.
“Como en el mercado de traspasos deportivo, en las próximas semanas habrá muchos rumores sobre la próxima compra de ACS”, comentan desde el sector. Los focos del se sitúan sobre sus filiales Abertis y Dragados, que se convierten ahora en los grandes estandartes de Florentino Pérez para lanzarse al mercado de las concesiones a escala global. Su filial alemana Hotchief y la australiana Cimic son las otras patas restantes con las que también explorará el mercado.
Florentino Pérez mira a la energía
La alternativa a las concesiones es el sector energético. La operación de venta de Cobra a Vinci cuenta con un importante impulso energético. ACS trabaja ya en la empresa conjunta que ha creado tras el pacto con su socio francés a la que se aportarán, una vez que estén terminados, conectados a la red y listos para producir, todos los activos renovables que compre la 'nueva Cobra'. Un pacto que durará, como mínimo, hasta 2029.
Vinci tendrá un 51% de derechos políticos y económicos, ACS controlará el 49% restante de esta sociedad energética. Por lo tanto, su alianza se convierte en un ‘player’ a tener en cuenta en el pujante campo de las energías renovables. Un sector que en España se ha convertido en el principal objeto de deseo de los inversores y donde el grupo que preside Florentino Pérez ya cuenta con activos valorados en cerca de 1.000 millones de euros con socios como la petrolera Galp.
En este sentido, su pacto con Vinci también recoge una tercera vía para generar ingresos y también con relación al negocio energético. ACS recibirá un pago variable de hasta 600 millones de euros en metálico, a razón de 20 millones de euros por cada medio gigavatio (GW) desarrollado el negocio que ha vendido, entre el 31 de Marzo de 2021 y hasta los siete años siguientes a la ejecución de la compraventa. Un pacto prorrogable por 18 meses más si el negocio que ha vendido a Vinci no pone en marcha un mínimo de seis GW en los primeros tres años y medio.
Sin perder ojo de la cotización
La necesidad de encontrar una alternativa a Cobra también se debe al actual estado de la cotización de ACS. La compañía, de la que Florentino Pérez es máximo accionista con un 12,8%, vale 6.700 millones de euros en Bolsa a cierre del pasado lunes. Es decir, el 100% de sus acciones tiene un valor similar a la división que acaba de vender más los activos energéticos que retiene.
Un valor menor si se tiene en cuenta que en la cartera del grupo aparecen grandes filiales como Abertis, Dragados, Cimic o Hotchief y que compañías similares como Ferrovial cuentan con un valor bursátil de 20.000 millones. Uno de los argumentos que apuntan desde el mercado es la importante actividad bajista en la compañía. Los fondos de cobertura AKO Capital y AQR retienen el 2% de la compañía para beneficiarse de sus caídas. Un escenario que urge a Florentino Pérez a buscar un nuevo ‘galáctico’ para ACS que anime a sus inversores.
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