El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido de la desaceleración en la industria y el comercio en Europa y ha pronosticado un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) europeo del 1,4% en 2019 y del 1,8% en 2020.
El FMI ha revisado una décima a la baja el crecimiento esperado para las economías avanzadas de Europa, hasta el 1,3% para este año, mientras que ha revisado al alza en cinco décimas el crecimiento esperado para los países emergentes del continente, hasta el 1,8%.
La institución ha recordado que hay riesgos que siguen presionando a la baja, como un Brexit sin acuerdo o una intensificación de las tensiones comerciales.
El FMI considera que el crecimiento europeo depende de dos factores: por un lado, de las exportaciones - que se están suavizando y además las perspectivas del comercio mundial no son tan fuertes como lo eran hace seis meses- y, por otro, de cómo evolucionen las condiciones financieras, la política fiscal y los mercados laborales.
Pide política fiscal
Ha pedido además que los países que tienen superávit fiscal estimulen su crecimiento. "Los países con amplio espacio fiscal deberían implementar medidas fiscales que impulsen el crecimiento potencial", señala la institución, en alusiones a países como Alemania.
Señala el FMI también que los salarios han aumentado más rápido que la productividad en muchos países europeos, mientras las presiones sobre los precios siguen siendo limitados, por lo que avanzan que el crecimiento salarial va a tener un impacto más moderado sobre la inflación que en el pasado.
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