El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido a los países de la Unión Europea (UE) que no retiren de forma prematura sus medidas de apoyo a empresas y hogares, que trabajen en acuerdos de reestructuración y que concedan ayudas directas a empresas, para evitar el sobreendeudamiento y una escalada de quiebras.
"No es el momento de retirar el apoyo, es el momento de comprobar la resistencia de los sistemas de insolvencia. El apoyo masivo de 2020 ha provocado el menor número de quiebras de la historia. Cuando se retire el apoyo y a medida que se acelera el cambio estructural, aumentará el riesgo de impagos. Los acuerdos de reestructuración y un mayor énfasis en ayudas directas podría ayudar a prevenir el sobreendeudamiento y una escalada de quiebras", ha pedido Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, en un cónclave virtual con los líderes de la UE y la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
Georgieva ha explicado que mantener el tejido empresarial de los países no sólo es fundamental para evitar el aumento de insolvencias, sino que es la clave para frenar un aumento de la desigualdad entre distintos países de Europa, su mayor preocupación.
"Hasta que derrotemos a la pandemia, el apoyo a las empresas y los hogares debe continuar. Retirarlo gradualmente vendrá después, no antes, de una salida duradera de la crisis sanitaria. Retirar los estímulos de forma prematura podría exacerbar la divergencia entre países", ha alertado.
Su discurso se produce en un momento clave para España, en el que el Gobierno trabaja para decidir cómo articulará un apoyo adicional para las empresas que se encuentran en riesgo de viabilidad.
El FMI señala los tres retos de la UE
La directora gerente del FMI ha explicado que la Unión Europea tiene tres retos por delante, que deberá abordar para conseguir asegurar la recuperación y enfrentar la amenaza de la divergencia.
El primero de ellos es la crisis sanitaria, para lo que pide que los países europeos pongan sus esfuerzos en vencer a la pandemia a nivel mundial -"hasta que no venzamos a la pandemia en todos los sitios, hay riesgo de nuevas cepas que pueden amenazar nuestro progreso", advierte- y en escalar la producción y distribución de vacunas.
El segundo reto es la crisis económica, para lo que pide que se mantenga el apoyo a empresas y familias y se den ayudas directas, y el tercero, y más importante a largo plazo, es impulsar la digitalización y la transformación ecológica del continente, un desafío para el que será clave el Fondo de Recuperación, así como avanzar en reformas estructurales como la Unión Bancaria y de Capitales y la fiscalidad internacional.
La "Gran Divergencia de 2021", la mayor preocupación del FMI
Georgieva ha explicado ante los líderes de la UE que su mayor preocupación es que aumente la desigualdad, tanto dentro de los países como entre ellos. Actualmente, pronostican un crecimiento del PIB del 5,5% para 2021 a nivel global y del 4,2% para la UE, aunque no será homogéneo en todos sus miembros.
"El camino de la recuperación es altamente incierto y, más importante, desigual. Incierto por la carrera entre el virus y las vacunas. Desigual por la diferencia entre los puntos de partida, la estructura económica y la capacidad de respuesta -lo que causa desigualdad de crecimiento entre países y también dentro de los países-. Esta última es mi mayor preocupación: que el 'Gran Confinamiento de 2020' mute en la 'Gran Divergencia de 2021'", ha alertado.
Los destinos turísticos tradicionales han experimentado caídas mucho más bruscas: más del 9% en España, Grecia e Italia, en comparación con una contracción media del 6,4% en toda la UE"
La directora gerente del FMI ha señalado que aunque los países con más riesgo de quedarse atrás son los menos desarrollados, también hay riesgo de divergencia dentro de la UE. De hecho, ha utilizado la fuerte contracción económica que ha sufrido España en 2020 como ejemplo.
"Los destinos turísticos tradicionales han experimentado caídas mucho más bruscas: más del 9% en España, Grecia e Italia, en comparación con una contracción media del 6,4% en toda la UE", ha apuntado.
Empeora la desigualdad
El Fondo proyecta que para el final de 2022, la renta per cápita de los países emergentes de Europa Central y Europa del Esta será un 3,8% inferior a lo que se esperaba antes de la crisis, en comparación con un 1,3% de reducción para las economías avanzadas de la UE. Un impacto negativo casi tres veces superior, que ralentizará el camino de la convergencia.
Prevé también que se incremente la desigualdad dentro de los países y advierte que, hasta la fecha, "se han perdido ya millones de puestos de trabajo, siendo las mujeres y los jóvenes los que más han sufrido, especialmente aquellos con menores ingresos y ahorros".
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