El Fondo Monetario Internacional (FMI) no esconde su inquietud. Los síntomas crecientes de desaceleración económica y el endurecimiento interminable de la política monetaria amenazan con devolver las turbulencias a los mercados. Si esa realidad emerge, se verán presionados los sistemas financieros y las primas de riesgo de los países con más vulnerabilidades. Y España, por desgracia, es una de ellas, al arrastrar fuertes desequilibrios en términos de déficit y deuda pública.
En su informe de Perspectivas de la Economía Mundial, publicado este martes, el FMI lanza un mensaje claro a países como España. El próximo presidente que se instale en La Moncloa debería darse por aludido, en vista de las advertencias que llevan lanzando en las últimas horas economistas y brókers. "Las turbulencias en el sector financiero podrían retornar conforme los mercados se adaptan al nuevo endurecimiento de la política por parte de los bancos centrales", advierte el FMI. Y añade: "las tensiones por sobreendeudamiento soberano podrían propagarse a un grupo más amplio de economías".
El organismo que dirige Kristalina Gueorgieva vislumbra demasiados nubarrones en el horizonte para la economía global. Por eso hace un llamamiento a los países, tanto avanzados como en vías de desarrollo. Entre las "crecientes incertidumbres que rodean el futuro contexto geoeconómico", el FMI señala la contracción de la producción y la inversión, por "el endurecimiento de las condiciones de financiación".
"En conjunto, el comercio internacional y los indicadores de la demanda y la producción manufactureras apuntan a una mayor debilidad. El ahorro excedentario acumulado durante la pandemia está disminuyendo en las economías avanzadas, sobre todo en Estados Unidos, lo que implica una disminución del colchón frente a los shocks", añade.
Uno de los grandes temores del FMI tiene que ver con el riesgo de la inflación no acabe de remitir. Si los bancos centrales se ven obligados a aplicar más 'mano dura', "cabe esperar efectos de contagio y una fuga hacia activos de alta calidad, con una consiguiente apreciación de las monedas de reserva, y con repercusiones negativas para el crecimiento y el comercio mundiales".
"Tensiones por sobreendeudamiento"
El organismo afincado en Washington admite que las condiciones financieras "se han distendido" desde el episodio de turbulencias sufrida en Estados Unidos y Suiza. Sin embargo, "los costos de endeudamiento siguen siendo altos para las economías de mercados emergentes y en desarrollo, lo que limita el margen para el gasto prioritario y aumenta el riesgo de tensiones por sobreendeudamiento".
Por su elevado nivel de deuda, España está entre los países más expuestos de la Eurozona a posibles turbulencias. Sin el respaldo del BCE, que ha mantenido a raya durante años la prima de riesgo con sus compras de bonos, nuestro país se vería obligado a reaccionar ante los vaivenes tirando de la chequera estatal.
Por eso, el FMI considera tan "importante que los gobiernos recompongan el espacio fiscal en caso de que sea necesario movilizar recursos reales". Recomponer ese "espacio" sólo es factible liberando recursos, vía recorte del gasto o propiciando un aumento de los ingresos. Todo un reto para el Gobierno de turno, difícil de materializar sin un elevado grado de consenso entre las fuerzas políticas.
España, a la cabeza del crecimiento
En el lado positivo de la balanza, España juega con una ventaja respecto a sus socios europeos. La buena salud del sector exterior, con el turismo y las exportaciones tirando del PIB, han propiciado que la economía española crezca más que sus vecinos.
En concreto, el FMI ha revisado un punto al alza el crecimiento previsto para este año (hasta el 2,5%) y mantiene intacta en el 2% la previsión para 2023. Ninguna de las grandes economías desarrolladas de la Eurozona crecerá más que la española este año. Y el año que viene, sólo avanzará con mayor ritmo la canadiense (2,3%).
El escenario es mucho más complejo para Alemania, que sufre un recorte de dos décimas en la previsión de crecimiento. La 'locomotora' alemana registrará, según el FMI, un crecimiento negativo del 0,3% este año y remontará hasta el 1,3% en 2024. "Se proyecta que el crecimiento mundial disminuya de un 3,5% estimado para 2022 a 3,0% en 2023 y 2024", añade el informe. "Se proyecta que aproximadamente 93% de las economías avanzadas registren un crecimiento menor en 2023, y se proyecta asimismo que en este grupo de economías el crecimiento se mantenga en 1,4% en 2024", concluye.
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