El Fondo Monetario Internacional (FMI) también enmienda las cuentas del Gobierno con la previsión más pesimista expuesta hasta ahora: la economía española sólo crecerá un 1,2% en 2023. Es casi la mitad de lo que espera el Gobierno, que la pasada semana presentó un Proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) apoyados en un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,1% en 2023.
Aunque España experimentará un fuerte crecimiento este año, del 4,3%, gracias al buen desempeño del PIB en la primera mitad del año; el escenario económico que maneja ahora el FMI para España en 2023 es ocho décimas peor que el que contemplaba en julio y más de dos puntos inferior al que avanzó en abril, lo que evidencia el daño y la pérdida de expectativas que suponen la elevada inflación y la subida de los tipos de interés.
En cuanto al primer aspecto, la subida de precios, el FMI calcula que el próximo año se situará en el 4,9%, mientras que este año se cerrará en el 8,8%. Esto es la media de cada año. En cuanto a las tasas mensuales, según sus cálculos, la variación anual del IPC se situará en diciembre de este año en el 7,7%, con una senda descendente a lo largo del 2023 para acabar el próximo año en el 4,1%.
Otros parámetros de la economía que el Fondo Monetario Internacional revisa son el empleo o el saldo en cuenta corriente. Sobre el primero, calcula que la tasa de paro continuará en el 12,3% al término de 2023, tras descender del 14,8% al 12,7% este año. En cuanto al saldo de la balanza por cuenta corriente, que mide los ingresos y pagos al exterior, éste registrará un déficit del 0,2% del PIB tanto este año como el próximo.
El FMI espera que el consumo privado y público crezcan un 1,7% y un 1,2% en 2023, respectivamente. Por su parte, la formación bruta de capital fijo (inversión) aumentará un 2,2% el próximo año. Este último dato contrasta con el del Gobierno, que espera que en 2023 el PIB esté impulsado fundamentalmente por la inversión en bienes de equipo (que crecerá un 9,5% en 2023) y en construcción (8,4%).
Todos los organismos, por debajo del Gobierno
El Gobierno rebajó el pasado lunes 3 de octubre al 2,1% el crecimiento previsto para 2023 a pesar de que algunos organismos económicos días antes habían pronosticado un repunte sustancialmente inferior. Es el caso de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que apenas una semana antes, el 26 de septiembre, redujo al 1,5% el crecimiento para España.
Tras conocerse la actualización del cuadro macroeconómico que publicó el Gobierno, fueron varios los organismos y servicios de estudios que también la dejaron en papel mojado. La primera, el Banco de España (BdE). El supervisor bancario cree que la economía sólo prosperará un 1,4% y la recuperación total de los niveles prepandemia se retrasará todavía más, hasta principios de 2024.
Por su parte, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) avaló el cuadro macro del Gobierno, aunque con matices. El organismo advirtió de "riesgos a la baja notables" en el crecimiento previsto para 2023, decantándose más por el 1,5% que por el 2,1% del Ejecutivo.
Además, si se amplía el abanico más allá de los organismos y se tienen en cuenta también los servicios de estudios, la del 'think tank' del BBVA es la más pesimista. BBVA Research espera que la economía sólo crezca un 1% en 2023 y España entre en recesión técnica este mismo año, con el tercer y cuarto trimestre en negativo.
Más allá de España, el FMI no proporciona datos del crecimiento trimestral del PIB pero espera contracciones en el PIB de Alemania e Italia en el conjunto de 2023. En concreto, estas dos economías caerán un 0,3% y un 0,2%, respectivamente. En ambos países la inflación será más elevada que en España, con tasas medias del 7,2% y 5,2% el próximo año, respectivamente.
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