Aunque los expertos del mundo académico, las experiencias de otros países y la propia Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) recomiendan de forma recurrente abordar el problema de la suficiencia y sostenibilidad de las pensiones con reformas paramétricas o cambios que afecten a la edad de retiro o la tasa de sustitución, los políticos apuestan por movimientos a más largo plazo y menos concretos.
Ni siquiera quieren hablar de ello. "Hay que sacar las pensiones del debate electoral", repiten una y otra vez los portavoces económicos de partidos como Ciudadanos o el PP, que acusan a su vez al PSOE de hacer campaña con guiños a los pensionistas como prometer el blindaje de la revalorización de las pensiones de acuerdo al IPC en la Constitución Española -promesa que, por otro lado, es difícil de cumplir con la actual aritmética parlamentaria-.
La razón de esta disputa son los más de 9 millones de electores que son pensionistas y a los que los partidos deben contentar para no ser penalizados en las urnas. Este colectivo, que se define como conservador, cambió su voto del PP al PSOE en los últimos años después de la reforma de las pensiones que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy en 2013 e introdujo el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP), con el que las pensiones subían un 0,25%.
Ahora, de cara a las elecciones del 10 de noviembre, ningún partido propone medidas claras para garantizar que las maltrechas cuentas de la Seguridad Social podrán afrontar en el futuro el enorme desembolso que supone pagar las pensiones públicas, y que será aún mayor con la inminente jubilación de la generación del babyboom.
Las propuestas de cada uno
Ciudadanos propone únicamente medidas para promover la natalidad. Asume, por tanto, que es posible aprobar incentivos a la maternidad que lleven a los jóvenes de este país a tener más hijos. Ese volumen ingente de hijos se pondrá a trabajar dentro de 18 años y, con su trabajo y sus cotizaciones sociales, servirá para pagar las pensiones.
Unidas Podemos cree que la solución está en los sueldos. Si las empresas suben las remuneraciones de sus empleados de forma notable y generalizada, el incremento de las cotizaciones sociales permitiría financiar las pensiones. Lo que no explica el partido de Pablo Iglesias es qué medidas o incentivos podrían llevar a las empresas a subir aún más los salarios, especialmente teniendo en cuenta que la productividad no está creciendo, sino todo lo contrario.
El PP, que se muestra partidario en público aunque con reservas en privado a la revalorización de las pensiones con el IPC (siempre añade el apunte de que a veces el IPC es negativo, con lo que "ese indicador por sí solo no es suficiente"), señala que con natalidad y mejores sueldos no es suficiente, y añade la idea de que hay que atraer inversión y capital al país. "Tenemos que atraer mucha más inversión y mucho más capital que ningún otro país", llegó a decir en el debate de Vozpópuli Daniel Lacalle, el gurú económico del partido.
La llegada de esas inversiones, que asume que se producirán gracias a la bajada de impuestos que proponen, generará empleo suficiente para que las cotizaciones sociales paguen las pensiones.
PP: "La propuesta de Vox es un disparate"
Vox es el único partido que sí es rotundo en sus propuestas sobre pensiones, ya que directamente proponen un cambio del modelo de reparto a uno mixto como el que existe en otros países de Europa. Su propuesta es la que va más allá, pero está alejada de los consensos asumidos en el Pacto de Toledo por el resto de partidos y llega a ser calificada de "disparatada" por el PP, el partido con el que está más alineado.
El PSOE, por último, propone liberar a la Seguridad Social de gastos que actualmente asume y que podrían ser afrontados por el Estado, pero tampoco hace mención a otras medidas relativas a la edad de jubilación o tiene en cuenta el incremento de la esperanza de vida en el cálculo de la pensión.