Norges Bank ha aprovechado los vaivenes que está sufriendo el grupo hotelero Meliá en Bolsa por el impacto del coronavirus. El fondo soberano noruego ha ampliado su participación del 2,81% hasta el 3,03%, volviendo a ser el segundo mayor accionista de la compañía después de la familia Escarrer, con casi el 47% de los títulos en propiedad, según consta en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La entidad ya había sido la principal accionista de la compañía hotelera anteriormente, pero en diciembre de 2019 la gestora de inversiones Global Alpha Capital afloró como accionista significativo al hacerse con el 3,020% de los títulos, situándose así por delante del 2,81% de Norges Bank.
Meliá ha perdido un 21% de su valor en Bolsa desde que comenzó el año y un 15% sólo en el último mes, pasando el precio de la acción de 7,3 euros a 6,2 euros este lunes. El grupo hotelero ya ha reconocido en varias ocasiones el impacto que está teniendo el coronavirus en la ocupación y se ha visto obligado a cerrar temporalmente la mitad de sus hoteles en China.
En medio de esta situación, Meliá ha presentado un beneficio neto atribuido a la sociedad dominante de 112,9 millones de euros en 2019, lo que supone un descenso del 23,2% con respecto al ejercicio anterior, influido por menores extraordinarios. Los ingresos operativos de la cadena hotelera, incluyendo las plusvalías, alcanzaron los 1.800,7 millones de euros, un 1,7% menos respecto a 2018.
Otros frentes de Meliá
Meliá tiene otros frentes abiertos que han afectado a la cotización de la compañía en las últimas semanas. Por un lado, la Comisión Europea (CE) impuso una multa de 6,7 millones de euros a la hotelera española por "discriminar" a sus clientes en las reservas online en función del lugar de residencia. En concreto, impedía a consumidores de ciertos países reservar hoteles con ofertas que sí se ofrecían en otros Estados miembros, lo que infringe la normativa europea de competencia.
Además, Estados Unidos ha vetado la entrada al país al consejero delegado y vicepresidente del grupo, Gabriel Escarrer, por la guerra a cuenta de la Ley Helms-Burton, tal y como adelantó Vozpópuli. En concreto, las autoridades de Estados Unidos se amparan en el título IV de la citada ley para impedir la entrada de Escarrer al país.
Este apartado -que siempre ha estado en vigor pero nunca se había aplicado hasta ahora- permite a la Secretaría de Estado de EEUU expulsar del país o impedir la entrada a "extranjeros que hayan confiscado bienes de nacionales estadounidenses o traficado con dichos bienes", según reza literalmente el título IV, que se aplica, entre otros, a los directivos y accionistas mayoritarios de las compañías que hubieran llevado a cabo o favorecido dicho tráfico.
Cuba es un mercado clave para el grupo. En sus últimas cuentas publicadas hasta septiembre de 2019, Meliá cuenta con 35 hoteles -14.371 habitaciones- en Cuba y otras cuatro aperturas previstas para este año, su mayor apuesta después de España, donde hay 143 alojamientos operando bajo su marca.
El veto turístico de Estados Unidos a través de las aerolíneas y los cruceros provocó en 2019 una caída del RevPAR (ingreso por habitación disponible) del 10,3%, hasta los 40,5 euros; pues la ocupación cayó un 5,2% hasta el 50,7% y el AAR (precio medio por habitación) un 1,1% hasta los 79,9 euros, según figura en los resultados financieros anuales presentados este miércoles.
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