El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado este martes sus previsiones de primavera en las que reduce una décima el crecimiento que espera para la economía española, hasta el 2,6%, y mejora las cifras de desempleo. La cifra del FMI cada vez se aleja más de la que aún mantiene como oficial el Gobierno en su cuadro macroeconómico (2,9%).
Para 2017, el fondo cree que el PIB se moderará al 2,3%, igual que en la anterior estimación y bastante inferior al 3% que espera el Gobierno. En materia de desempleo, el FMI cree que el paro perderá la cota del 20% este año y cerrará el ejercicio en el 19,7%, tasa que se moderará al 18,3% el año que viene.
De esta forma, el FMI sigue la estela del Banco de España, que hace dos semanas publicó sus nuevas previsiones, que apuntan a un incremento del PIB del 2,7% este año y del 2,3% para 2017. El supervisor, además, advirtió del riesgo que supone para el crecimiento la incertidumbre política.
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha aprovechado su participación en el foro 'Spain Investors Day' para asegurar que las cifras del FMI certifican que España es el país desarrollado que más crece y lo sigue haciendo más que otros países.
A nivel mundial, el FMI estima que el PIB creció un 3,1% en 2015, con un desglose de 1,9% en las economías avanzadas y 4% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo. Según las proyecciones, el crecimiento se mantendrá a niveles modestos en 2016, en 3,2%, antes de subir a 3,5% en 2017.
Las economías de mercados emergentes y en desarrollo generarán el grueso del crecimiento mundial en 2016, aunque se proyecta que su tasa de crecimiento experimentará apenas un alza ligera en comparación con2015. Entre las economías avanzadas, el pronóstico del FMI anticipa nuevamente un aumento marginal del crecimiento.
En cualquier caso, las perspectivas son más sombrías que las contempladas de enero, tanto en el caso de las economías avanzadas como en el de los mercados emergentes. Y en comparación con octubre de 2015, el crecimiento mundial ha sufrido una revisión a la baja de 0,4 puntos porcentuales en 2016 y 0,3 puntos porcentuales en 2017.
A largo plazo, el FMI espera que el crecimiento mundial aumente más después de 2017 y se coloque justo por debajo de 4% a fines del horizonte de previsión en 2021, gracias a un nuevo repunte del crecimiento de las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Sin embargo, avisa de que esta previsión depende de una serie de importantes supuestos que están sujetos a considerables riesgos a la baja: la normalización de algunas economías, el reequilibrio de china y la evolución de los precios de las materias primas.
Modesta recuperación en la zona euro
Para la zona euro, el FMI proyecta una “modesta recuperación” en 2016 y 2017, con un debilitamiento de la demanda externa que se verá compensado por los efectos favorables del abaratamiento de la energía, la acotada expansión fiscal y las condiciones financieras propicias.
Así, espera que el crecimiento potencial siga siendo “débil” como resultado de los legados de la crisis, los efectos del envejecimiento y la lentitud del crecimiento de la productividad total de los factores. El FMI apunta a un crecimiento del producto de la zona del euro de alrededor de 1,5% en 2016, 1,6% en 2017, y aproximadamente 1,5% a mediano plazo.
En concreto, el crecimiento aumentará levemente en Alemania (a 1,6% para 2017), Francia (a 1,1% en 2016 y 1,3% en 2017) e Italia (a 1% en 2016 y 1,1% en 2017). En cambio, se moderará en España (al 2,6% en 2016 y 2,3% en 2017), aunque seguirá por encima del promedio de la zona del euro. Grecia volverá a crecer en 2017 tras contraerse en 2016.
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