“Strong perfomance to continue in 2014”. Así titulaba Barclays un informe sobre España a principios de esta semana que finaliza y ayer mismo JP Morgan decía que afirmaba con grandes caracteres que “Spain is back”. Un impulso por parte de algunos de los grandes operadores internacionales que no es otra cosa más que la continuación de lo ocurrido en los tres últimos trimestres de 2013, en los que la economía doméstica fue señalada con grandes alharacas como la preferida de los grandes inversores.
Justificado o no; con más o menos dosis de euforia, esto se está traduciendo en hechos: el Ibex sube un 3,77% en lo que va de año (5% semanal) y está rozando los 10.300 puntos. El Dax alemán, por ejemplo, pierde un 0,83% en el mismo periodo. Pero más llamativo es el tono de la deuda: el bono a 10 años está en la zona del 3,80%, pero ha llegado a estar en el 3,70%, la cota más baja desde 2009. En las últimas semanas ha recortado en casi 50 puntos básicos su tipo.
Un comportamiento que refleja que las carteras están seleccionando España (y también Portugal), buscando un repunte de precios que llega después de 9 trimestres seguidos de recesión y un hundimiento abismal de las cotizaciones en los ejercicios previos. Conviene no olvidar que a mediados de 2012 se daba por hecho que España iba a ser vergonzosamente rescatada e intervenida.
Barclays, que no ha sido especialmente amable con España en el pasado, afirma que "hay margen para que continúe el rally de los mercados españoles".
Ahora, la prima de riesgo está por debajo de 200 puntos y sólo falta queaparezca Luis de Guindos presumiendo: "...ya lo dije yo...". El Tesoro está colocando su deuda a tipos más bajos que nunca, a pesar de que el organismo encargado de la financiación del estado ha dicho que en este 2014 el endeudamiento aumentará otros 65.000 millones de euros.
Por si fuera poco, Bankia ha emitido deuda en los mercados por primera vez y literalmente se la han quitado de las manos. Y en Bolsa, el furor con los bancos medianos es total, con Banco Popular como estrella.
Hay un apetito voraz por los activos españoles. Una vez que parece claro que no hay riesgo de ruptura del euro, ofrecen sobreprecios atractivos (tipo de la deuda de Bankia, por ejemplo) y sus cotizaciones vienen de tan abajo (banca mediana, por ejemplo) que su rebote puede ofrecer ganancias de dos y tres dígitos.
JP Morgan lo reconoce
Los grandes inversores no han tardado en aparecer para echar más leña a la caldera española: JP Morgan revisaba ayer mismo al alza la previsión de crecimiento de España: “resulta justo reconocer el destacable ajuste realizado por la economía”. En este ejercicio, “hay suficientes evidencias para afirmar que se reanudará el crecimiento, incluso si persistieran las duras condiciones de financiación”.
Los mercados han retirado literalmente el papel de las manos a Bankia. Hay auténtico apetito por activos españoles.
Este no es el caso. Al contrario, mejorará. Los expertos de Banco Madrid (filial española de la Banca Privada D´Andorra) afirman que “la prima de riesgo puede cerrar el año en unos niveles de 150 puntos”. Sin embargo, “eso no significa que los tipo de interés vayan a bajar. El mercado está cerca de alcanzar niveles mínimos”. Será Alemania la que incrementará sus tipos. El dinero saldrá de la economía que comanda Ángela Merkel, en teoría, con destino a la Península Ibérica.
Barclays, una entidad que probablemente ha realizado los informes más asépticos sobre España, también se deshace en elogios ahora. Pero no ha sido siempre así. Esta entidad británica fue la primera en alertar que la banca doméstica estaba asfixiada financieramente y que sólo obtenía oxígeno mediante las inyecciones del Banco Central Europeo (BCE).
Impactantes fueron sus informes en los que señalaba que los cuatro bancos que más usaban las líneas de urgencia del BCE de toda Europa eran españoles. Barclays no ha sido una entidad amable con España, como sí lo han sido otras. Estas últimas, seguramente han comenzado a 'calentar' lo español después de haber tomado posiciones propias.
Pero ahora, la firma británica señala que “en semanas recientes, hemos visto cómo los spreads soberanos españoles se han reducido alrededor de 200 puntos básicos. Eso se ha extendido a otra clase de bonos, así como otro tipo de activos. Creemos que hay factores fundamentales y técnicos para este rally y seguimos viendo margen para que este comportamiento continúe en 2014”.
Cuidado; Barclays es generoso en sus valoraciones sobre España, pero alerta de que en 2015, cuando se aproximen de nuevo las elecciones generales, pueden surgir los problemas, sobre todo si la agenda de reformas se ha ralentizado.
El problema puede llegar en 2015, cuando lleguen las próximas elecciones. Sobre todo, si se enfría el ritmo de reformas.
El exceso de euforia actual puede provocar que “en dos semanas más se hayan obtenido los objetivos que los gestores de carteras manejan para todo el año”, decía un gestor con sede en Madrid. Si es así, “tocará vender y amarrar resultados, con lo que el mercado entrará en una fase de gran volatilidad”.
En eso hay unanimidad: seguramente 2014 será un ejercicio bueno, pero estará lleno de altibajos, tanto en los mercados como en las noticias corporativas, donde se juntarán operaciones con quiebras casi de manera solapada.
Sería una gran cosa que Mariano Rajoy sorprendiera con dos o tres reformas de calado, que satisfacieran a los mercados, pero pocos son los que apuestan por ello en la segunda mitad de la legislatura. Sin embargo, las grandes firmas de análisis no parecen dispuestas a que se enfríe el entusiasmo por lo español. Al menos, por ahora.