Francisco García Paramés anunció ayer públicamente su marcha de Bestinver, la gestora de fondos en la que ha trabajado con indudable éxito los últimos 25 años. A la firma se lo comunicó el viernes. Su salida no ha sido amistosa. Por ello, toman relevancia las cláusulas de su contrato que, a priori, complican el nuevo proyecto que el gestor quiere desarrollar.
Sin embargo, García Paramés, como cabía esperar, tenía todo bien estudiado. En concreto, son tres las cláusulas que podrían abrir un entuerto judicial entre el gestor y Bestinver, como ha contado Vozpópuli. Para todas ellas el gestor tiene respuesta.
La primera es la referida a la carta de preaviso que García Paramés debía enviar a Bestinver seis meses antes de su dimisión. Pues bien, según fuentes próximas al gestor, el pasado mes de abril remitió una misiva de preaviso.
Más aún, su continuidad en la firma propiedad de Acciona ha estado en entredicho desde junio de 2013, cuando Paramés planteó a la empresa trasladarse a Londres para que sus hijos aprendieran inglés desde pequeños (otras fuentes aseguran que detrás se escondían motivos fiscales). Entonces Bestinver le dio el visto bueno, pero con la condición de que abriera una oficina en la capital británica y aguardara hasta que estuviera lista la estructura comercial y estratégica. El conocido como Warren Buffet europeo se niega a esperar y se va.
Paramés prevé cumplir con la cláusula que le obliga a mantener en Bestinver el 75% de su patrimonio personal
Fue aquel episodio el que marca el punto de inflexión en la relación de Paramés y los Entrecanales, propietarios de la firma de inversión. Entonces, incluso, empezaron a negociar su salida, según señala su entorno. Unos meses después, en marzo de este mismo año, Paramés, junto con Álvaro Guzmán y Fernando Bernad, los otros gestores estrella de Bestinver, lanzan una propuesta para comprar el 50% de la compañía. Se quedarían, por tanto, con la mitad de los derechos políticos y recibirían el 50% del ebitda (resultado bruto de explotación).
En la negociación, Bestinver les exige un plan de crecimiento de los activos que a los gestores les parece “imprudente”, señalan las mismas fuentes. La compañía, finalmente, rechaza la oferta. De todo aquello, añaden, “hay documentos y correos electrónicos”. Unas semanas después, el 11 de abril, envía la citada carta de preaviso para abandonar la compañía, es decir, casi seis meses después. Todos estos documentos son, a su juicio, suficientes para demostrar que había avisado con antelación de su dimisión, que se hace imparable en julio, con el nombramiento de Luis Rivera como presidente, cuyos criterios no coinciden con los de Paramés.
La segunda cláusula es la que obliga al gestor a estar dos años sin trabajar en una actividad que se considere competencia de Bestinver. Por lógica, el proyecto de Paramés, que aún no está definido, rivalizará con su antigua casa. En este punto, deberán sentarse a negociar, porque el contrato también contempla una indemnización en caso de incumplimiento de este punto.
Sería, al fin y al cabo, pagar su cláusula de rescisión, como hacen muchos futbolistas. Su importe dependerá de una serie de condicionantes, pero según fuentes conocedoras de la situación sería, en cualquier caso, “de dos cifras”. Es decir, superará los 10 millones de euros (aunque según esto podría alcanzar también los 99 millones). En los últimos ejercicios, Paramés se ha embolsado entre 16 y 20 millones de euros entre fijo y variable.
El tercer aspecto que suscita dudas sobre la viabilidad del proyecto de Paramés es que su contrato le impone mantener el 75% del patrimonio personal que tiene actualmente en Bestinver durante cinco años. Fuentes próximas al gestor aseguran que esto “no es un problema” e inciden en que su ánimo está que “a Bestinver le vaya bien”. No obstante, el mercado advierte de que “sería extraño y generaría desconfianza que un gestor metiera la mayor parte de su dinero en fondos distintos a los suyos”.
A la espera de que Bestinver y Paramés se sienten a negociar el pago de su cláusula de rescisión y todos los flecos que queden pendientes sobre su salida, el gestor aún tiene en una fase embrionaria el proyecto que pretende crear. No hay establecidos unos plazos, ni tampoco cómo se instrumentará, si será una gestora, una sicav…
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación