Desde el verano pasado se esperaba un movimiento de este tipo, cuando la Dirección General de Tributos (DGT) publicó una resolución que subrayaba la neutralidad fiscal de las fusiones transfronterizas entre fondos españoles de vocación inversora internacional con productos similares de Luxemburgo o Irlanda.
La contestación de la DGT daba respuesta a la petición de una gestora, que en abril había realizado la consulta para asegurarse de que no habría doble imposición por las plusvalías generadas por el canje de participaciones.
Y ayer la CNMV resolvía el misterio, ya que registraba el hecho relevante donde autoriza la fusión por absorción de las sicavs Abarcapital Inversiones y Arbat Número 34, gestionadas por Julius Baer, por el compartimento Pareturn Cervino World Investment, de Pareturn.
De hecho, en dicho hecho relevante se menciona que el proyecto de fusión fue firmado por las partes a finales de agosto. Hay que recordar que Julius Baer compró a Merrill Lynch la parte de banca privada fuera de Estados Unidos por 716 millones de euros precisamente a principios de agosto del año pasado.
En Julius Baer señalan que se trata de una operación concreta de un cliente en función de sus intereses particulares, sin mayor trascendencia.
Pero esta sería la primera vez que se produce una fusión transfronteriza de este tipo, amparada en la directiva Ucits IV, que se traspuso al ordenamiento jurídico español en 2012. Algunos especialistas jurídicos auguraban que debido a la sencillez del procedimiento las gestoras españolas podrían recurrir a esta figura para mejorar la liquidez de sus clientes. Y hay quien en el mercado de gestión patrimonial no descarta que su utilización podría ser más masiva en función de cómo evolucione la economía española en los próximos años.
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