Pablo Fernández, profesor de Finanzas del IESE, en compañía de Pablo Linares, también académico de la misma institución y Pablo Acín, han publicado un informe sobre planes de pensiones que supone una continuación del anteriormente presentado sobre fondos de inversión. El experto señala que la industria de pensiones privadas se ha ganado a pulso perder la condición de oligopolio, ante las flojas rentabilidades ofrecidas y las altas comisiones cobradas. A largo plazo, apenas Bestinver y Fonditel se salvan.
El estudio de Fernández recoge la rentabilidad de los planes en España en el periodo diciembre 1998 - diciembre 2013. En dicho intervalo, la rentabilidad anual media del Ibex 35 fue del 4%, la de los bonos del Estado a 15 años 4,4%, pero la de los fondos de pensiones, del 1,53%.
Además, indica que “entre los 257 fondos de pensiones con 15 años de historia, sólo cuatro superaron la rentabilidad del Ibex, y sólo tres la de los bonos del Estado a 10 años. Por su lado, “25 fondos tuvieron rentabilidad promedio ¡negativa!”, afirma, escandalizado.
Los fondos de pensiones tenían en diciembre de 2013 7,5 millones de partícipes y un patrimonio de 56.068 millones.
Fernández afirma que “para que el partícipe no obtenga buenas rentabilidades y sea desplumado a comisiones no es preciso otorgar incentivos fiscales a estos instrumentos”: El experto insiste en que “¿por qué se le dan los incentivos sólo a los planes? Lo que interesa es que el individuo ahorre para su jubilación, por lo que habría que darle las facilidades para que lo hiciera, sin pasar por este oligopolio”.
Así, propone que se apruebe un modelo de “cuenta jubilación”, similar al de la antigua cuenta vivienda, en la que el ahorrador “iría colocando su dinero para el futuro decidiendo en qué invertir por su cuenta, evitando las comisiones”. En definitiva, “abrir o democratizar el oligopolio de la pensión privada”.
Fernández insiste en que “muchos fondos aplican comisiones del 2%, lo que multiplicado por 30 años supone muchísimo dinero”. En el informe da más datos: “muchos inversores en fondos de pensiones perdieron la desgravación fiscal que les regaló el Estado para inducirles a invertir en dichos fondos en menos de 5 años, vía comisiones e ineficiencias en inversión y gestión”.
Pero ahora, “quien quiera ahorrar para la jubilación, tiene que pasar por el aro de los planes privados”.
Unas duras conclusiones que deberían hacer reflexionar sin duda a las entidades comercializadoras que manejan el ahorro de los ciudadanos para el futuro.
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