La Comisión Europea va a posponer un año la aplicación de los nuevos requisitos introducidos con la revisión de la directiva relativa a los mercados de instrumentos financieros (MiFID II), ante las dificultades técnicas que entraña su puesta en marcha.
“Dada la complejidad de los desafíos técnicos, tiene sentido extender la fecha límite. Por lo tanto, vamos a dar un año más a la gente para prepararse adecuadamente y hacer los cambios necesarios en sus sistemas”, afirma en una nota el comisario europeo de Servicios Financieros, Jonathan Hill.
De esta forma, Bruselas permitirá a las autoridades nacionales y a los actores de mercado afectados que no apliquen las nuevas exigencias hasta el 3 de enero de 2018.
La decisión ha sido tomada después de que la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés) informara a la Comisión de que ni las autoridades nacionales ni los participantes en el mercado podrían tener preparados los sistemas necesarios para la aplicación de MiFID II en enero de 2017, la fecha original de entrada en vigor.
ESMA tiene que recoger datos de unos 300 centros de negociaciones y de unos 15 millones de instrumentos financieros, para lo que necesita cooperar con las autoridades nacionales competentes.
“A la luz de estas circunstancias excepcionales y con el objetivo de evitar una incertidumbre legal, así como una perturbación del mercado, se consideró que una extensión era necesaria”, señala la Comisión en el comunicado.
Para el correcto funcionamiento de MiFID, ESMA tiene que recoger datos de unos 300 centros de negociaciones y de unos 15 millones de instrumentos financieros, para lo que necesita cooperar con los primeros y las autoridades nacionales competentes.
No obstante, Hill advirtió de que Bruselas mantendrá la presión para sacar adelante la llamada “legislación secundaria”, punto en el que señaló que se anunciarán medidas “pronto”.
En el año 2007, al calor del inicio de la crisis, se pusieron en marcha las normas europeas incluidas en la directiva MiFID I, que cubre los mercados de valores, las firmas de inversión y los intermediarios.
“Sin embargo, sucesos recientes y la evolución del mercado ha demostrado que ésta tenía debilidades en sus principios más básicos y ha puesto de relieve la necesidad de reforzarla o revisarla", recuerda la Comisión.
Tras los cambios que se produjeron en el mercado, la aparición de nuevos operadores, los avances tecnológicos y la crisis, la Comisión planteó Mifid II, que incluye diferentes novedades, como la extensión del control sobre otros productos financieros como los depósitos estructurados y otras actividades, además de aumentar la transparencia, la protección del consumidor y la supervisión.
Igualmente, se prohíbe el cobro de retrocesiones que afectará a agentes financieros y otros dedicados al asesoramiento independiente, una norma con la que se prevé evitar el conflicto de intereses, en tanto que se deberá segmentar al cliente, según el tipo de asesoramiento que necesite y su aversión al riesgo.
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