Aunque la crisis está azotando a toda la industria española del automóvil, la planta valenciana de Ford está siendo quizás una de las que peores consecuencias productivas está sufriendo, una fábrica que finalizará el ejercicio 2021 con un descenso de la producción en torno a un 60% inferior al año 2019. Una reducción que además ha tenido consecuencias en la empleabilidad de la panta que ha supuesto que cierre el año con unos mil trabajadores menos que hace dos años por la aplicación de dos expedientes de regulación de empleo.
A falta de dos meses para finalizar el ejercicio la planta de Almussafes ha fabricado 138.023 vehículos de los que más de la mitad se corresponden con el SUV Kuga, frente a las 253.344 unidades de todo 2020 –año en el que hubo parones de producción por las restricciones de la pandemia– y, sobre todo, las casi 346.000 unidades de 2019, cifra que supone un 60% menos, una progresión que refleja que así terminará este ejercicio según los datos que maneja UGT.
A las dificultades que supuso la pandemia de la covid, primero, y ahora y en los últimos meses la crisis de la falta de suministro de chips, unido a las estrategias de electrificación común a casi todos los fabricantes de automóviles, han ocasionado esta situación de inestabilidad y de continuos cambios en la planificación de los ERTE, para prácticamente tomar decisiones de producción o paro semana a semana en el caso de la planta de Almussafes que ha llevado a una capacidad de producción que se sitúa en 1.340 unidades diarias, mientras que el año pasado era de 1.500 vehículos y en 2019 alcanzaba las 1.750 unidades.
"Pensábamos que habíamos tocado fondo, pero este año estamos volviendo a vivir situaciones que ni los más mayores del lugar habían vivido en Ford", asegura a Efe el secretario del Comité de empresa de Ford Almussafes y portavoz de UGT, José Luis Parra. Una inestabilidad que ha llevado a anunciar la supresión del turno de noche a partir de enero de 2022, que conllevará la reorganización de los turnos para trabajar mañana y tarde completo. Un turno de noche que se reactivó tras el parón vacacional de agosto pero que en septiembre se suprimió.
Más de 400 trabajadores han salido ya de la compañía con prejubilaciones o indemnizaciones en cumplimiento del último ERE, de 630 trabajadores, y una parte de las salidas que quedan por ejecutar -personal cualificado- es necesaria para los trabajos preparatorios del lanzamiento del nuevo motor híbrido que ya se están realizando. Estas salidas, junto a otro ERE para 350 empleados de 2020, han reducido la plantilla de la factoría valenciana en mil personas, hasta las 6.000 actuales.
Preocupación en proveedores
La situación en Ford puede tener consecuencias en los proveedores de primer nivel aunque se desconoce el alcance. Según la Asociación Valenciana de Industrias de la Automoción (AVIA), evaluar el efecto de la supresión del turno de noche de la multinacional Ford en los proveedores resulta complicado debido a las condiciones de los contratos que los proveedores firman con las firmas de automóviles en general. La gerente esta patronal, Elena Lluch, ha explicado a Efe que para firmar un contrato con un fabricante de equipo original (OEM), el proveedor se compromete a tener una capacidad productiva y de personal determinada, y mientras el fabricante no modifique esas condiciones por contrato, el proveedor debe estar prevenido.
Ello significa que mientras no varíen las condiciones contractuales, los proveedores deben mantener su capacidad productiva, de manera independiente a los anuncios de supresión de turnos, ERTE o disminución de carga de trabajo, por lo que para los proveedores es complicado prescindir de equipos o personal, así como ampliar su cartera de clientes, ya que el fabricante puede activar en cualquier momento su capacidad de producción.
Un mal año sin duda para Ford en nuestro país y todavía con muchas incógnitas de cara al próximo 2022, para que el UGT espera poder alcanzar un acuerdo de futuro que posibilite que desde la sede de Detroit se tenga en cuenta a los trabajadores de Almussafes para la futura electrificación de sus vehículos y poder negociar acuerdos que permitan atraer carga de trabajo.
Y es que a principios de año concluirá la producción del Mondeo y durante el ejercicio se dejará de fabricar la furgoneta Transit. Por ello, la planta de Almussafes se quedará sólo con tres modelos, el Kuga que supone más de la mitad de la producción, y los monovolúmenes S-Max y Galaxy, que irán evolucionando hacia sus versiones híbridas.
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